La periodista uruguaya Patricia Marín, quien entrevistó a Sebastián Marset, dio a conocer una carta del narcotraficante prófugo con mensajes para Uruguay, Bolivia y EEUU. El capítulo más extenso fue para Paraguay.
El narcotraficante uruguayo Sebastián Marset, actualmente prófugo de la Justicia internacional, emitió una carta cargada de amenazas, insultos y denuncias contra el Estado paraguayo.
Este escrito fue enviado a la periodista uruguaya Patricia Marín, quien lo leyó de manera íntegra por radio Carve 850.
Marset acusa directamente a las autoridades de Paraguay de montar una persecución política y judicial contra su familia, mientras, supuestamente, colaboran o se benefician del mismo narcotráfico “que dicen combatir”.
La carta también contiene mensajes para Urguay, Bolivia y Estados Unidos, siendo el descargo más largo el dedicado a Paraguay.
Marset nombró al director de la Unidad Especial de Inteligencia Sensible Antinarcóticos y Hechos Punibles Conexos (SIU) como alguien que conocía de los envíos de cocaína, y alega que no se realizan operaciones sin su intermediación. “Es un delincuente con diploma”, escribió.
También refirió que sus abogados, supuestamente, se reunieron con el fiscal genera del Estado, Emiliano Rolón, para ver los términos de su entrega a la Justicia, pero que esto no se dio porque él (Marset) “arrastraría” a muchos.
La carta también incluye acusaciones específicas de corrupción institucional, críticas al uso de pruebas digitales y una oferta de negociación a cambio de que cese la presión sobre su entorno familiar.
“Respeten el narcotráfico y liberen a mi familia”
En uno de los tramos más agresivos de la carta, Marset exige la liberación de su pareja y madre de sus hijos, Gianina García Troche, detenida en Viñas Cue, Paraguay, bajo cargos de lavado de dinero.
La mujer fue extraditada desde España a mediados de mayo. El narcotraficante afirma que no existen pruebas en su contra ni en contra de ella.
“Esa mujer no ha cometido ningún tipo de delito en toda su vida y ustedes lo tienen claro (…) de ese puto lavado no tienen una sola prueba”, escribe, con tono desafiante.
También asegura que su hermano y cuñado fueron imputados solo por tener vehículos registrados a su nombre, lo que, según él, no constituye delito alguno.
Marset refiere que para lograr detener a su esposa inventaron cargos de asociación criminal y narcotráfico, en tanto, en este momento, solo cuentan con cargos por lavado, del que no tienen pruebas.
Graves acusaciones contra la Senad y altos mandos
Una de las denuncias más fuertes apunta a la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y en particular al jefe de la Unidad de Inteligencia Sensible (SIU), Daniel Fernández.
Marset afirma que Fernández era quien “sacaba cuentas” de los cargamentos y que nada se movía sin su visto bueno.
“Ese es más narcotraficante que cualquiera en su país. Pero como es del Gobierno, es delincuente con diploma”, sostiene la carta leída por la periodista Patricia Marín.
Marset también arremete contra lo que llama la “hipocresía” del Gobierno paraguayo. Lo acusa de actuar como socio de Estados Unidos en la lucha antidrogas, mientras –según él– se beneficia del negocio ilegal.
“Le lamen los huevos a Estados Unidos, pero trafican sin parar”, expresa, en una frase que refuerza su idea de una supuesta convivencia estatal con el crimen organizado.
A modo de contraste, el prófugo elogia al Gobierno venezolano por “plantarse” ante el poder norteamericano y lo califica como un “narcogobierno que no lo niega”. Haciendo alusión a que se encontraría allí, refiriéndose en todo momento al país como “acá».
Críticas al uso de pruebas digitales y denuncia de ilegalidades
Otro foco de la carta son los cuestionamientos al uso de las pruebas extraídas de la aplicación encriptada Sky ECC, a través de la cual se coordinaban operaciones ilegales. Porque “a nadie se lo detuvo con el teléfono en la mano”, dice.
Alega que la intervención fue ilegal y sin cadena de custodia. Además, asegura que las evidencias fueron trasladadas de Francia a Paraguay mediante intercambio de información no regulado.
“Sky no es prueba aceptada en varios países. Intervinieron la central de manera ilegal”, denuncia.
Advertencias, desafío al Estado y oferta de negociación
Finalmente, Marset no descarta llegar a un arreglo con las autoridades paraguayas.
“Si quieren llegar a un acuerdo, mis abogados pueden sentarse a escuchar. Pero dejen a mi familia en paz (…) Digan la cifra y terminemos con esta farsa”, propuso.
Al mismo tiempo, dejó una amenaza. “Tengo media ciudad tomada (…) no voy a accionar porque sé que con tiempo y dinero lo soluciono, pero me están agotando la paciencia”.
Cierra el documento advirtiendo que posee información comprometedora que podría arrastrar a figuras de poder si fuera capturado, razón por la cual –sugiere– que las autoridades preferirían verlo muerto.
Lo que le dijo a Uruguay, Bolivia y EEUU
Para EEUU: “Esos malditos gringos, no les tengo ni un pelo de miedo, les dejo bien claro y ya lo tienen bien claro, también me quieren inventar un caso que yo jamás en mi puta vida ni siquiera he hablado de ustedes. Para mí no existe lo que haya hecho el sapo de Federico Santoro, mediante cuentas bancarias lo hizo él. Ese no era mi trabajo. Si él se convirtió en sapo, ahora que tenga los huevos para asumir, que ese era su trabajo. Yo no soy cambista, yo manejo mi rubro bien manejado y no me meto en los trabajos de otros. Nunca le pregunté ni siquiera cómo bajaba el dinero, así que si lo hacia de EEUU, China o Chile, como dicen, a mí me chupa tres huevos, yo no lo hice, por lo tanto, no he cometido ningún delito en los EEUU, así que déjense de joderme (sic)”.
Para Uruguay: “Me fui en el año 2018 y nunca más volví, no entiendo cuál es el deseo sexual que tienen conmigo, por qué no se ocupan mejor de los problemas del país y se olvidan de mí, que estoy lejos hace 7 años”.
Para Bolivia: “En Bolivia, lo he dicho antes, el narcotráfico es el crecimiento del país, el país se sustenta de eso, así que entre fantasmas no nos vamos a pisar las sábanas. Tampoco hay una puta prueba contra mí ni mi familia, se inventaron un caso que estoy tratando de revertir con dinero, que, al final de cuentas, eso era lo que querían”.
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