Marcelo Soto, Pre candidato a la Gobernación del Caaguazú.

Ante la atenta mirada de Santiago Peña y Luis Gneiting dejaron en evidencia y en ridículo a Marcelo Soto, pre candidato a la Gobernación, a quien en su cara el dirigente colorado Eladio Jara de Yhú, le refregó que hace bloques de maldad y traición, queriendo engañar a los referentes y le anunció de frente y sin pelos en la lengua que no lo acompañará para las internas partidarias.

 
 
Vergüenza para Marcelo Soto en la comunidad de Yhú, donde el conocido referente colorado, Eladio Jara, padre del intendente de la comunidad le dijo en su cara que no lo acompañará en su proyecto político porque pretende engañar a los líderes nacionales haciendo reuniones entre 30 o 40 personas con maldad y traición.
Sin pelos en la lengua Jara le dijo sus verdades al pre candidato a la Gobernación por Caaguazú por el equipo de Honor Colorado,  quien llegó acompañado por el candidato a la presidencia, Santiago Peña, Luís Gneiting y otros referentes del equipo oficialista.
Jara se refirió duramente a Marcelo Soto, ante la atónita mirada de Santiago Peña y  Gneiting, quienes solo escucharon de que manera el dirigente colorado lamentaba que Marcelo Soto se maneje de la manera que lo hace y le dijo directamente que no lo acompañara para las elecciones internas.
En la ocasión tomó como referencia el liderazgo de Jorge Torales y le dijo a Santiago Peña que una reunión entre 30  o 40 personas no es lo indicado, porque lo que verdaderamente se debe hacer es convocar al  pueblo para que se los escuche y los conozca.
Jara lo miró a Marcelo, le expresó que lo aprecia, pero que actuó mal desde un principio y le dijo directamente que no lo acompañará en su proyecto con miras a la Gobernación, pero si trabajará por Santiago Peña y Horacio Cartes.
Esta realidad ya se vienen manejando a nivel departamental, donde se sabe que muchos de los líderes no están de acuerdo con el proyecto Marcelo Soto a la gobernación, pero debido a la fidelidad, respeto a la dirigencia, la trayectoria política o cargos que consiguieron gracias al padrinazgo político  prefieren callar y aceptar la imposición de los líderes del movimiento a nivel departamental.