La violenta escalada del conflicto registrada en mayo de 2021 ha dejado a los niños de Gaza conmocionados. La violencia ha acabado con la vida de muchos y ha destrozado familias, lo cual ha tenido efectos devastadores sobre los niños. En Gaza, las escuelas y los centros de salud han sufrido daños, las casas y oficinas han sido arrasadas, y familias enteras han quedado desplazadas. También en Israel se han producido daños en escuelas, viviendas y edificios.
Ya antes de la escalada de violencia, uno de cada tres niños de Gaza precisaba asistencia por traumas relacionados con el conflicto; no hay duda de que esta necesidad de los niños de recibir apoyo psicológico y psicosocial no ha hecho más que aumentar. Al mismo tiempo, el deterioro de la capacidad de producción de agua en Gaza debido a la escasez de electricidad implica que decenas de miles de niños precisarán ayuda humanitaria para acceder al agua potable y al saneamiento básico.
UNICEF está presente sobre el terreno y apoya las necesidades humanitarias de las familias abasteciendo agua y materiales para la distribución y purificación, entregando suministros médicos y brindando apoyo psicosocial a los niños y las familias. Ser niño en la Franja de Gaza ha sido siempre extremadamente difícil, incluso antes de la última escalada. Para algunos niños, este es el cuarto conflicto por el que pasan. Ningún lugar de la Franja de Gaza es seguro para los niños.
Un niño palestino sentado en el regazo de su padre delante de un comercio cerrado situado enfrente de su hogar, destrozado, en la Franja de Gaza. El grado de violencia ha sido descomunal; y los niños del Estado de Palestina y de Israel se han llevado la peor parte.
Un niño junto a un edificio del puerto de Gaza que quedó destruido durante un ataque.
Un niño palestino deambula entre los restos de lo que antes fuera su casa.
Unas niñas se asoman a la ventana para mirar los edificios destrozados de su vecindario, en Gaza.
Un niño sostiene botellas de agua vacías buscando un lugar para llenarlas de agua potable. Los bombardeos de Gaza han obligado a cientos de familias a huir de sus hogares y a buscar refugio de emergencia en escuelas gestionadas por el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente. Las infraestructuras esenciales, como los pozos y los depósitos de agua subterránea, las plantas de desalinización y de tratamiento de aguas residuales, las redes de abastecimiento de agua y las estaciones de bombeo, han sufrido daños importantes.
Una niña juega en el patio de una escuela de la Franja de Gaza que gestiona el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente. Decenas de escuelas gestionadas por este organismo se emplean actualmente como refugios temporales para las familias que buscan refugiarse de la violencia.
El juguete de un niño entre los escombros de una vivienda de Beit Hanoun, en la Franja de Gaza.
Casi el 50% de la red de abastecimiento hídrico está dañada y cerca de 800.000 personas carecen de acceso al agua corriente, debido a los graves daños ocasionados en los pozos y depósitos de agua subterránea, las plantas de desalinización y de tratamiento de aguas residuales, las redes de suministro de agua y las estaciones de bombeo; esto hace que aumente el riesgo para los niños de contraer enfermedades transmitidas por el agua. Al mismo tiempo, la producción eléctrica se ha desplomado en toda Gaza, lo que hace que los hospitales dependan cada vez más del uso de generadores para prestar servicios de salud esenciales.
En respuesta a la escalada más reciente, UNICEF ha ampliado sus capacidades y ha practicado intervenciones humanitarias centradas en la Franja de Gaza; además, ha llevado a cabo actividades específicas en la Ribera Occidental, sobre todo en Jerusalén Oriental.
//UNICEF