Juan Carlos Parodi, cirujano vascular argentino que operó al Pontífice por una gangrena en la vesícula cuando era un joven sacerdote en Buenos Aires, dio su opinión sobre su actual estado y admitió que avizora pocos días de vida para el líder religioso.
El médico argentino Juan Carlos Parodi salvó la vida del papa Francisco en los años 80, luego de practicarle una delicada cirugía debido a una gangrena en la vesícula del entonces sacerdote Jorge Bergoglio.
En comunicación con radio Monumental 1080 AM, afirmó que está siguiendo de cerca la situación de salud del Pontífice y se mostró muy pesimista para una eventual evolución.
“Yo creo que va a tener desgraciadamente una corta vida, unos días quizás, ojalá que me equivoque, pero lo veo muy mal”, expresó.
Francisco padece una neumonía bilateral que ya afectó a varios órganos vitales, lo que pone en peligro su vida.
“El trabajo de los médicos es combatir una infección y eso tiene un proceso, depende del tipo de esfuerzo para mantener su cuerpo en equilibrio, en tanto la medicina consiga ir digamos reduciendo el nivel de la infección”, explicó.
El Pontífice argentino, ingresado desde el pasado 14 de febrero con una neumonía bilateral, no ha tenido más crisis respiratorias como la que sufrió el sábado pasado. Se encuentra internado en el Hospital Universitario Gemelli, en Roma.
Este domingo, en el parte médico, precisaron que a Francisco el día anterior se le suministraron dos unidades de concentrado de glóbulos rojos que supusieron un aumento del valor de hemoglobina.
Y que la trombocitopenia, es decir, el nivel bajo de las plaquetas que le fue detectado el sábado, “se mantuvo estable”, explicaron las fuentes.
El Vaticano convocó para la noche de este lunes al rezo del rosario para pedir por Francisco. El evento religioso será presidido por el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, en la Plaza de San Pedro.
“La noche ha transcurrido bien. El Papa ha dormido y está descansando”, fue el escueto comunicado de la oficina de prensa del Vaticano a primeras horas de la mañana. Después fuentes vaticanas añadieron que se despertó y que “su humor es bueno” y que “se alimenta con normalidad”.
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