DAMASCO (Reuters) – Una visita de inspectores de armas químicas al sitio de un presunto ataque con gas en Siria se retrasó el lunes, dijeron funcionarios británicos y rusos, mientras las potencias occidentales y Rusia intercambiaban acusaciones tras las represalias de ataques con misiles liderados por Estados Unidos.
Moscú, el principal aliado del presidente sirio Bashar al-Assad, condenó el domingo a Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia por negarse a esperar las conclusiones del equipo de inspección de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPCW) sobre el presunto ataque a Douma antes de lanzar los ataques.
Los inspectores de la OPCW llegaron a Damasco el sábado y planeaban viajar a Douma, en las afueras de la capital, el lunes. Pero la delegación británica ante la OPCW dijo que Rusia y Siria aún no habían permitido el acceso de los inspectores a Douma.
El embajador de Gran Bretaña, Peter Wilson, dijo en una conferencia de prensa en La Haya que las Naciones Unidas habían autorizado a los inspectores a ir pero que no habían podido llegar a Douma porque Siria y Rusia no habían podido garantizar su seguridad.
«El acceso sin restricciones (es) esencial», dijo un comunicado británico. «Rusia y Siria deben cooperar».
El vicecanciller ruso dijo que la demora se debió a los ataques occidentales.
El enviado de Estados Unidos ante el organismo de control mundial dijo que Rusia podría haber manipulado el sitio del ataque del 7 de abril, que organizaciones de ayuda dicen que mató a docenas de hombres, mujeres y niños.
«Hace mucho tiempo que este consejo condena al gobierno sirio por su reinado de terror químico y exige responsabilidad internacional de los responsables de estos atroces actos», dijo el embajador estadounidense Kenneth Ward en comentarios que vio Reuters.
Los inspectores de la OPCW con sede en La Haya se reunieron con el vicecanciller sirio, Faisal Mekdad, en presencia de oficiales rusos y un alto funcionario de seguridad sirio en Damasco durante unas tres horas el domingo.
Washington, mientras tanto, se preparó para aumentar la presión sobre Rusia con nuevas sanciones económicas, y los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea amenazaron con medidas similares.
En Londres y París, la primera ministra británica Theresa May y el presidente francés, Emmanuel Macron, se enfrentaron a las críticas de los opositores políticos por sus decisiones de participar en los ataques aéreos contra Siria.