El papa Francisco, el patriarca Bartolomé I y el arzobispo de Canterbury Justin Welby pidieron oraciones para que los líderes mundiales tomen decisiones valientes en la COP26 en Glasgow en noviembre.
Los tres principales líderes cristianos del mundo hicieron un llamamiento conjunto sin precedentes a los miembros de sus iglesias para que “escuchen el clamor de la tierra” y respalden la acción para detener los efectos del cambio climático.
En “Un mensaje conjunto para la protección de la creación”, el papa Francisco, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el patriarca ecuménico ortodoxo Bartolomé pidieron a los cristianos que oren para que los líderes mundiales tomen decisiones valientes en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) en Glasgow en noviembre.
“Hacemos un llamado a todos, cualquiera que sea su creencia o visión del mundo, para que se esfuercen por escuchar el clamor de la tierra y de las personas pobres, examinando su comportamiento y prometiendo sacrificios significativos por el bien de la tierra que Dios nos ha dado”, indicó el mensaje.
Francisco encabeza la Iglesia Católica, con 1.300 millones de miembros, Bartolomé es el líder espiritual de los 220 millones de cristianos ortodoxos del mundo y Welby es el obispo principal de la Comunión Anglicana mundial, que tiene unos 85 millones de integrantes.
Los tres han sido muy activos en asuntos ambientales y coinciden en que el cambio climático y el calentamiento global son causados, al menos en parte, por actividades humanas como el uso de combustibles fósiles.
“Debemos elegir la naturaleza del mundo que dejaremos a las futuras generaciones. Si los dirigentes mundiales se reúnen en noviembre en Glasgow para debatir sobre el futuro del planeta, recemos por ellos y pensemos en las decisiones que debemos tomar entre todos”, afirmaron los tres líderes religiosos en la declaración conjunta publicada por la Santa Sede. “Es la primera vez que nos sentimos obligados de recordar la urgencia de proteger el medioambiente, su impacto en una pobreza persistente y la importancia de la cooperación mundial”, reconocieron.
Y añadieron: “Nos enfrentamos a una justicia dura: la pérdida de biodiversidad, la degradación ambiental y el cambio climático son las consecuencias inevitables de nuestras acciones, ya que hemos consumido con avidez más recursos de la tierra de lo que el planeta puede aguantar”.
Según afirmaron, los recientes fenómenos meteorológicos extremos, los desastres naturales, las inundaciones, los incendios, las sequías y el aumento del nivel del mar han demostrado que “el cambio climático no es sólo un desafío futuro, sino una cuestión de supervivencia inmediata y urgente”.
Europa tuvo su verano más cálido registrado este año, aunque solo por un pequeño margen con respecto a las dos temperaturas más altas anteriores de junio-agosto, dijeron científicos de la Unión Europea el martes, y los grupos ecologistas han pedido que se posponga la COP26.
El papa Francisco tiene previsto participar en la COP26, que se celebrará entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre en la localidad escocesa de Glasgow, en Reino Unido.
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