La comparación entre la cantidad de unidades armadas en los primeros cuatro meses de 2019 frente a igual período de 2009 revela una reducción dramática
60 autos y cinco camiones en cinco meses. Ningún sector de la economía venezolana parece salvarse del colapso absoluto que afecta al país. La combinación de una hiperinflación nunca antes vista en la historia de América Latina, con una recesión propia de tiempos de guerra, paralizó a todas las actividades.
Una de las más afectadas ha sido la industria automotriz. Con costos que se dispararon por las continuas devaluaciones de la moneda, y casi sin posibilidad de vender lo poco que producen por la pulverización del poder adquisitivo de los venezolanos, se volvió casi inviable.
Omar Bautista, presidente ejecutivo de la Cámara Venezolana de Fabricantes de Autopartes (Favenpa) reveló que en lo que va del año apenas se ensamblaron 65 vehículos en el país: 60 marca Toyota y cinco camiones Iveco. Todos se terminaron en abril. En los primeros tres meses no se fabricó ni uno.
«Esa cantidad de 65 vehículos significa una caída de 99,9% si se compara con hace diez años. En el primer cuatrimestre de 2009 se habían ensamblado 45.500″, dijo Bautista al periódico 2001.Las otras fábricas que hay en Venezuela pertenecen a Ford, MMC Mitsubishi, Mack de Venezuela y FCA y Chrysler. «La producción de estas empresas es nula, no han ensamblado ninguna unidad este año», afirmó el ejecutivo.
Las causas de esta debacle son evidentes: nadie tiene dinero para comprar. «Las empresas tienen autorización para vender en la divisa estadounidense, pero si no hay poder adquisitivo en bolívares, menos en dólares», dijo Bautista. «Hay autos ensamblados y no se venden porque no hay compradores».
Si bien se agravó en 2019, la crisis comenzó tiempo atrás. En 2018 se fabricaron apenas 1.155 vehículos, cuando hace algunos años se producía anualmente más de medio millón.
Tras casi cuatro años sin datos oficiales, el Banco Central de Venezuela volvió a difundir número sobre el estado de la economía venezolana esta semana. Entre otras cosas, admitió una inflación de 130.060%, un décimo de la estimada por la Asamblea Nacional en 2018.
Las cifras confirman la «destrucción acelerada» del aparato productivo y, en especial, del sector privado, según afirmaron representantes de la principal patronal del país. Carlos Larrazábal, presidente de Fedecámaras, subrayó que el BCV presentó datos de «forma tardía y extemporánea».
En lo que va de año, el petróleo venezolano promedia 59,03 dólares por barril, de acuerdo con las cifras del Ministerio del Petróleo. Desde 2014, el sector privado venezolano encadena 19 trimestres consecutivos de contracción, de acuerdo con las cifras que el BCV.
En el período julio-septiembre de 2018, el último valor reportado por el emisor, la actividad privada se desplomó 29,4%, la contracción de mayor magnitud desde el año 1998, cuando el chavismo llegó al poder.
De todas maneras, estas cifras están muy por debajo de las estimaciones de la Asamblea Nacional o del FMI. Los resultados de la actividad privada, sostuvo Larrazábal, son consecuencia «de las mismas políticas que tuvo el presidente (Hugo) Chávez (1999-2013) de persecución y destrucción de la libre iniciativa privada», declaró a EFE.
Señaló que el sector privado había estimado esa contracción por el orden del 50% y alertó que, como consecuencia de los cortes de electricidad y restricciones en el acceso a combustible, al cierre del año, el acumulado del producto interno bruto (PIB) en el período 2013-2019 podría estar cercano «al 60% de caída».
El economista Asdrúbal Oliveros indicó que, de acuerdo con los datos del BCV, «la caída acumulada (desde) 2013 hasta el 2018 es 47%».
Este martes, el BCV, que había suspendido desde 2016 la entrega de información estadística sobre desempeño económico e índice de precios, reconoció que la inflación alcanzó las seis cifras en 2018, al ubicarse en 130.060,2%, además de una contracción del 22,5% del PIB en el tercer trimestre del mismo año. //Infobae