Ali Jamenei declara tres días de luto y promete represalias contra “los criminales que mancharon sus manos con la sangre del general Soleimani”
Teherán ha amenazado este viernes con una “dura venganza” por el ataque estadounidense que mató al general Qasem Soleimani en el aeropuerto de Bagdad (Irak). Además, el líder supremo, Ali Jamenei, aseguró que la desaparición del gran artífice de la estrategia regional iraní “no detendrá su misión”. Las calles de varias ciudades se llenaron de manifestantes en protesta por el asesinato, mientras las autoridades aprovechaban para hacer llamamientos a la unidad tras la reciente represión de las revueltas contra la subida de la gasolina en el país, que sufre graves problemas económicos.
“Los criminales que han manchado sus manos con la sangre del general Soleimani y de otros mártires en el ataque deben esperar una dura venganza”, aviso en un comunicado Jamenei, que nombró inmediatamente al general Esmail Ghaani como nuevo jefe de la Fuerza Al Quds (cuerpo de élite de operaciones externas de la Guardia Revolucionaria). Además, la asistencia poco habitual de Jamenei a la reunión de emergencia del Consejo de Seguridad Nacional, indica que Teherán planea una respuesta contundente al ataque contra el poderoso militar en el aeropuerto de Bagdad.
“Sin duda, la gran nación de Irán y otras naciones libres de la región se vengarán por este crimen del criminal Estados Unidos”, aseguró el presidente iraní, Hasan Rohaní. Por su parte, Mohammad Javad Zarif, ministro de Relaciones Exteriores, indicó que el ataque estadounidense supone “una escalada de tensión extremadamente peligrosa e imprudente”. Ali Lariyaní, el presidente del Parlamento y uno de los políticos más influyentes, calificó en una entrevista televisiva la acción norteamericana de “error estratégico”.
“EE UU ha desestabilizado la región para sus propias tropas. Nosotros no buscábamos estas circunstancias, son los mismos norteamericanos los que han optado por esta vía”, señaló.En contraste, el principal clérigo chií de Irak, el gran ayatolá Ali al Sistani, condenó el ataque pero hizo un llamamiento a “todas las partes concernidas a la contención y a actuar con sabiduría”.
La muerte de Soleimani desató una ola de manifestaciones en ciudades de Irán —y también en países como Pakistán, la India y en la propia Irak—. Aunque muchos iraníes discrepan de las posturas y medidas adoptadas por la Guardia Revolucionaria con respecto a las crisis internas, consideraban al general un héroe nacional que luchaba contra el extremismo suní del yihadista Estado Islámico y lo veían como un personaje carismático envuelto en un halo de misterio e invencibilidad.
Contra la apertura
La brutal muerte del militar a manos de EE UU ha humillado e indignado a este sector mayoritario de la población. Una indignación que las autoridades aprovecharon para hacer un llamamiento a la unidad tras la dura represión de las recientes protestas por el alza de los carburantes.
Además, algunos de los usuarios de las redes sociales amenazaron a los sectores más aperturistas que abogan por negociaciones con Washington. Eso explica que el general Ramezan Sharif, portavoz de la Guardia Revolucionaria, expresara que “el martirio del general Soleimani une a todos los sectores sociales”, una unidad que la República Islámica necesita más que nunca y que le permite cerrar filas y acallar voces críticas en la antesala de las elecciones parlamentarias de febrero, al tiempo que analiza la respuesta a EE UU y sus aliados regionales.
No obstante, los ciudadanos ven con preocupación el futuro del país, sumido en una crisis agravada por la reimposición de sanciones por parte de Washington tras romper el pacto nuclear.
Soleimani era el segundo hombre más poderoso de Irán y representante directo del líder iraní en asuntos relacionados con Oriente Próximo, lo que significa que la República Islámica no puede dejar sin respuesta su asesinato, ya que supondría una clara muestra de debilidad, tanto interna como hacia el exterior, lo que puede cambiar el equilibrio del poder en favor de sus rivales en la región.
Muchos analistas están de acuerdo con Seyyed Abbas Araghchi, viceministro de Exteriores, en que el asesinato de Soleimani ha sido “un grave error de cálculo de Trump”. Pero las autoridades iraníes también están desconcertadas por este golpe, que pone de manifiesto el error de cálculo de Teherán a la hora de evaluar la respuesta de Washington a la escalada de tensión entre ambos. // El País