La Fiscalía inició una investigación contra el cura de Limpio Silvestre Olmedo, por el hecho punible contra la autonomía sexual. Una joven de 20 años denunció que el sacerdote la manoseó en sus partes íntimas. La Iglesia Católica también indaga lo sucedido.
La fiscal Luciana Ramos es la responsable del caso y comentó que la denunciante, identificada como Alexandra Torres, será sometida a un examen psicológico. Indicó que una vez que tenga el resultado de la prueba decidirá la suerte del cura. “Estoy esperando el informe para tomar una decisión”, expresó.
Ramos sostuvo que la joven radicó la denuncia en la Fiscalía porque no obtuvo respuesta de las autoridades eclesiales. La víctima conversó con el arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, y este supuestamente solo le pidió orar por el padre Olmedo. Es decir, no activó el protocolo establecido por la Iglesia para casos de acoso o abuso.
“La joven acudió al sacerdote para que le ayude a realizar una nota, porque pertenece a la Pastoral Juvenil. Allí comentó que el padre le acarició la espalda y le tocó las piernas. No quiere hablar mucho. Ella indica que hicieron caso omiso a su denuncia, por no tener respuesta radicó la denuncia ante el Ministerio Público (…) Envié un oficio a la Iglesia Católica para saber si hizo la denuncia”, declaró la agente.
El padre se expone hasta 10 años de cárcel, según la investigadora. Paralelamente, la Iglesia indagará el tema y nombró al padre Óscar González para dirigir las pesquisas. Ayer cuando se le preguntó si Olmedo acosó a la joven, González comentó que el propio denunciado le dijo que cometió “algo indebido”.
‘Nde porâiteiko’
La estudiante de la carrera de Arquitectura de la Universidad Nacional de Asunción narró la situación por la que atraviesa. De acuerdo a la denuncia que radicó, el religioso le llegó a tocar el pecho. Incluso ella no sería la única víctima, pues al hacer público su caso otras tres chicas le contaron de acosos que sufrieron por parte de Olmedo.
“Esto empezó hace un tiempo atrás, más o menos desde que asumí la coordinación de la pastoral juvenil, en diciembre de 2015. Desde ese tiempo empezó a decirme palabras, a ser extrañamente cariñoso. Al principio una no se da cuenta, pero luego se pone a analizar y ahí quita sus conclusiones”, recordó.
“Me decía cosas como ‘nde porâiteiko’, me acariciaba el pelo, me abrazaba, o cosas así. Era una situación incómoda para mí, pero yo no quería tomar a mal, no quería decir nada, como que era el sacerdote de la parroquia. Estaba hace tres años en la parroquia”, comentó.
Explicó que tomó coraje gracias al apoyo de sus amigos, porque si no tenía ese apoyo, no se iba a sentir fortalecida para afrontar la situación. La denuncia fue radicada en la Fiscalía de Limpio. “Hablé primero con mi coordinadora. Le comenté la situación y ella me derivó con monseñor que es el decano y luego llegué hasta Monseñor Edmundo Valenzuela. Yo tardé en hacer la nota, porque estoy todo el tiempo en mi facultad y me tenía que ir hasta Areguá para llevar la nota. Después de mi renuncia, un amigo me dijo que me ayudaría y llevaría mi nota. Ese mismo día hicimos y luego me convocó para una audiencia, la semana pasada”, rememoró.
La joven sostuvo que Valenzuela intentó encubrir al cura. “Monseñor Valenzuela me habló bien, tomó nota de todo lo que le comenté. Le dije que quería una respuesta. Ahí se calló un rato y dijo que ‘no tenemos que atropellar, tenemos que ser prudentes, cautelosos y que también está la dignidad del sacerdote’. Eso nos dijo y no fue ninguna respuesta para mí, quedé decepcionada y mal”, indicó.
Agregó que arzobispo de la Diócesis de Asunción le dijo a ella y a su amigo que la acompañó “Bueno, tienen que saber diferenciar entre el pecado y el pecador, pídanle al Espíritu Santo. Oren por él”. La muchacha asegura que su fe en Dios no cambia después de lo que le pasó y confía en que se hará justicia./HOY.