El titular de la Industria Nacional del Cemento, Javier Rodríguez, confirmó que existe escasez en la actualidad, pero atribuyó el hecho a un quiebre con el que se encontraron al llegar a la administración. Afirmó que la producción se está levantando.
Si bien Rodríguez reconoció que el desabastecimiento de cemento en el mercado es una realidad, explicó que esto se debe a numerosos factores, como un gran quiebre que tuvo que superar al llegar hace dos meses a la administración y que lo puso en la necesidad de estabilizar la línea de producción.
No obstante, comentó que, pese a las dificultades, la INC hoy cubre un 45% del mercado y podría ir a más. “Estamos cumpliendo con lo que puede cumplir. El problema también puede ser una percepción de quiebre que se genera con números que se lanzan al público y algunos actores de la distribución, importadores o fabricantes pueden estar con problemas. Pero, evidentemente, hay escasez”, reconoció el presidente de la INC.
En cuanto a la especulación con los precios, afirmó que el del cemento “no se tocó. Sigue siendo G. 39.800”.
Explicó que la ruptura de stock fue algo con lo que se encontró al llegar a la administración, el 11 de setiembre, por lo que a partir de entonces “se consumió lo que había” y ese mes se tuvo un promedio de 39.000 bolsas diarias.
Añadió que en el mes de octubre la producción subió y cumplieron el objetivo de 46.000 bolsas diarias en promedio.
Lamentó las declaraciones del presidente de la Cámara Paraguaya de la Construcción (Capaco), José Luis Heisecke, quien declaró recientemente que la producción de cemento tenía que ser de 95.000 bolsas diarias.
“Me extraña que él no maneje los números reales. Es imposible entregar 95.000 físicamente, porque ni tenemos el cargador de caminos todavía colocado. La INC nunca tocó ese régimen de entrega. El tope al que se llegó rozó los 70.000 y luego baja sí o sí”, explicó el presidente.
Rodríguez añadió que actualmente se cuenta con clínker 100% nacional y una reserva estratégica. “Si queremos llegar a la capacidad de 80.000 bolsas diarias, tenemos que importar clínker, y a su vez hacer funcionar el molino 2, que todavía no se terminó y está en su punto de puesta final. Esto es parte de la inversión de US$ 80 millones que todavía no se utilizaron”, expuso Rodríguez.
Destacó también la importancia de instalar un ventilador en Vallemí «para que nos garantice la estabilidad de la producción y además aumente la misma en un 10%». Lamentó que este gasto no se incluyera en el Presupuesto 2019. No obstante, dijo que tiene esperanzas en que con un decreto se logre la disponibilidad para hacer esos pagos a la constructora. “El ventilador tardará nueve meses en llagar acá, pero se mejorará el rendimiento. El horno produce 2.000 toneladas por día, pero ante los problemas baja el rendimiento a 1.700. Ese es el resultado del espacio que estamos teniendo”, explicó.