Adolorida por los golpes e impotente, la víctima de un robo de motocicleta pidió que se haga justicia y recupere su vehículo que sacó a cuotas para trabajar. Se trata de una mujer que fue víctima de ocho motochorros el último fin de semana en Ñemby.
Irma Medina Martínez, de 40 años, estaba volviendo a su casa con algunos insumos de trabajo cuando fue atacada por una pandilla compuesta por ocho motochorros, quienes le rodearon sobre la avenida Pratt Gill casi 29 de Setiembre, del barrio Pa’i Ñu, de la ciudad de Ñemby del Departamento Central.
El hecho se registró el sábado pasado y, según se puede apreciar en las imágenes de circuito cerrado que captó el momento, los delincuentes actuaron con mucha violencia para arrebatarle su motocicleta.
La trabajadora es una víctima más de la “complicada” situación de inseguridad que se vive en el país, cuya terrible experiencia “nunca pensó pasar”, según sus palabras.
Durante una entrevista a NPY, Irma Medina relató que fueron 10 minutos de un gran susto y que ese día estuvo realmente agotada tras días de mucho trabajo, por lo que no estuvo atenta a su entorno.
Fue a traer agujas unos minutos para continuar trabajando a la noche, pero lamentablemente en ese ínterin fue víctima de un asalto.
“Me dormí en los laureles, como se dice, porque siempre estoy atenta, mirando a todos lados, mirando los espejos. Al darme la vuelta, en dirección a mi casa, me apagaron la moto. Yo ya no pude reaccionar porque me golpearon con el arma”, recordó.
La víctima recibió varios golpes en la cabeza y luego se quedó en shock por la impotencia de lo ocurrido.
“Sí, hubo un momento en que reaccioné y quería recuperar mi moto. Me di cuenta de que me arrebataron mi moto. Vuelvo a agarrar mi moto y ahí recuerdo que tengo familia, mi mamá y mi hija. Me tranquilicé. Me di cuenta de que estaba rodeada y que todos tenían arma”, relató.
Recordó que esta terrible experiencia fue un gran susto para ella, que luego se convirtió en una gran pesadumbre y desconsuelo. “Tener una moto no es un lujo. Esa era mi herramienta de trabajo”, prosiguió.
“Es complicada nuestra inseguridad, porque yo no pensé pasar por esto, porque… yo creo que fue mi fe la que hizo que no me sucediera nada, porque ellos estaban dispuestos a todo o nada”, expresó entre lágrimas.
Pide justicia y que se encuentre su moto
Irma contó que hace tiempo quería tener una moto, por lo que después de sacrificios logró sacar a 10 cuotas.
“Hace dos años, quise la moto y pude sacar a 10 meses. Ese sábado pagué una cuota, dos me faltaban. Imaginate, ya iba a terminar de pagar con tantos sacrificios. Día a día, yo trato de conseguir esa plata y que vengan y me arrebaten mi moto, fruto de mi sacrificio…”, lamentó con mucho pesar.
No obstante, su fortaleza la tiene que mantener fuerte, porque no se puede derrumbar ni mostrar tristeza ante su hija y madre, quien está en cama, según indicó.
“Lo único que quiero es que se haga justicia, que se encuentre a los que me atacaron y a todos lo que están haciendo daño. Esto es una cadena. Yo no puedo derrumbarme porque le tengo a mi mamá e hija. Yo no puede decaer, no le puedo mostrar tristeza a mi hija”, subrayó.
“Ojalá que se puedan encontrar todas las motos robadas, no solamente mi moto, porque nuestro sacrificio es”, enfatizó con impotencia y sin poder contenerse las lágrimas.
Irma ahora sufre de fuertes dolores de cabeza, pero no sabe si se debe a los golpes que recibió o al estrés, ya que aún no pudo ir hasta un centro asistencial luego de que fue víctima del violento asalto.
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