Foto ABC Color.
Willer Lescano, otro de los heridos durante el ataque tipo sicariato en Asunción, será dado de alta próximamente, ya que su cuadro “no tiene ningún grado de gravedad”, dado que las balas que recibió en la cabeza y tórax no le produjeron daño severo.

“(Willer Fidelino Lescano Giménes, 25) Es un paciente que no tiene ningún grado de gravedad; está lúcido, estable y, supongo que en el día o a más tardar mañana sería dado de alta porque todas sus lesiones fueron llamativamente superficiales. Tiene proyectiles en el cuero cabelludo, detrás de la oreja, en el brazo izquierdo, también superficiales. Debajo de la piel, igual que en la nuca, en el tórax tiene también un proyectil que chocó contra una costilla y no entró, y en el tobillo”, relató el Dr. Aníbal Filártiga, director del Hospital de Trauma.

El médico resaltó lo llamativo del hecho y dijo que hay dos explicaciones: o recibió los disparos de rebote o atenuados por la estructura del rodado, o directamente tiene demasiada fortuna, casi como si tuviera “un Dios aparte”. “Yo no sé si sus heridas fueron por proyectiles que perdieron fuerza al atravesar estructuras del vehículo o por alguna razón de rebote le llegaron, porque ninguna tuvo la fuerza para penetrar. Imagínense, quedó en el cuero cabelludo y no entró al cráneo, quedó contra una costilla y no entró al pulmón; o tiene un Dios aparte, que puede ser también”, consideró el médico.

La misma fortuna no tuvo el otro adulto fallecido, Willian Giménez Bernal, que recibió una herida de bala en la cabeza que era absolutamente “incompatible con la vida”. En casos de accidente se puede registrar pérdida de masa encefálica, pero en el caso de un disparo hay que considerar que es un plomo caliente que, además de atravesar, quema la zona contigua a la trayectoria de la bala, refirió el médico. El hijo de Giménez Bernal, de cinco años, también fue asesinado en el atentado.