El glaucoma es considerado la segunda causa de ceguera irreversible en el mundo y se define como una neuropatía óptica que es una enfermedad del nervio óptico donde las células del nervio óptico se van dañando que se traduce en áreas donde el paciente deja de ver o ve borroso por lo que produce una alteración en el campo visual.
La Dra. Rosa Ayala, oftalmóloga especialista en glaucoma, dijo que el primer factor de riesgo para desarrollar esta enfermedad es tener la presión intraocular elevada.
Es muy importante tener un diagnostico precoz y llevar un seguimiento médico adecuado porque la única forma de que el paciente no se quede ciego es que se controle.
El glaucoma es un enemigo silencioso que no produce síntomas en su mayoría, ya que, existen otros glaucomas que si presentan síntomas. La mayoría de los glaucomas, el común, que es glaucoma primario de ángulo abierto no produce síntomas.
Algunos pacientes refieren que a veces se ven algo rodeado a las luces o que sienten algunas puntadas o algunas molestias, pero es raro, porque normalmente el paciente no siente nada. Tampoco de la pérdida visual se da cuenta porque las áreas que se empiezan a formar empiezan en periféricas y cuando se van haciendo más grandes, el paciente, va dejando de ver pero siempre conserva, en la mayoría de los casos, su visión central.
Se ve más frecuentemente en pacientes mayores de 40 años. Sin embargo, se presentan glaucomas congénitos que padecen pacientes desde su nacimiento.
Para detectar se realiza un control oftalmológico normal con la revisión de la visión, medición del nervio óptico con la toma de presión. Al diagnosticar se efectúa el estudio del campo visual y de OCT (tomografía óptica).
El IPS brinda el tratamiento integral para esta patología que incluye los medicamentos, cirugía de glaucoma con la implementación de válvulas mediante donación (que en el país casi no se hace), equipos biomédicos y profesionales de primer nivel.
Dijo, además, que el glaucoma no se cura, se controla de ahí la gran importancia del control médico con el oftalmológico al menos 1 vez al año. Existen pacientes que con tratamiento farmacológico y/o cirugía deben ser muy estrictos con el tratamiento para evitar mayor complicación óptica.