La empresa vinculada a Rodolfo Friedmann, además de alzarse con millonarios contratos en Guairá, cuando aún estaba como gobernador y tras su salida, también se expandió a la Gobernación de Caazapá donde ganó un contrato plurianual (2019-2020) por valor de G. 15 mil millones. En Eventos y Servicios SA (ESSA) ya no está su ex socio comercial Alexander Torales, porque lo sacaron y se quedó con parte de sus acciones Lilian Leiva, esposa de Álvaro Alfaro, primo hermano del actual ministro de Agricultura. ESSA en Caazapá tuvo varias denuncias, por un lado, por sobrefacturación y por otro lado, por falta de entrega de los alimentos.

Eventos y Servicios SA (ESSA) se creó cuando Rodolfo Friedmann era gobernador de Guairá, y según su ex socio comercial Hugo Alexander Torales, el dueño de la firma en realidad es el actual ministro de Agri­cultura. Torales trabajó con él para ganar todas las licita­ciones en la zona de Guairá, eso quedó demostrado en los audios que “La caja negra” había revelado la semana pasada, en los que se escu­chaba al ministro Friedmann gerenciando la empresa y pidiendo que se haga los trá­mites para presentarse a las licitaciones que él, como gobernador, firmaba.

Una vez que Friedmann dejó la Gobernación de Guairá y ocupó una banca en el Senado, la empresa expandió sus dominios y comenzó a ganar las licitaciones, por ejemplo en la Gobernación de Caazapá.

En esta gobernación, en el 2019, la empresa ESSA ganó millonarios contratos y algu­nos de ellos con precios sobre­facturados, según denuncian otros proveedores. El con­trato de ESSA con Caazapá fue de G. 15.300 millones. La persona que firmó el con­trato por parte de la empresa fue Lourdes González, conta­dora de Friedmann, a quien se le invoca en varios audios difundidos la semana pasada.

Un ejemplo de esto, eviden­ciado en el llamado a licitación para el almuerzo escolar del año lectivo 2019 y 2020 que hizo el Ministerio de Educa­ción para el departamento de Caazapá. Para este llamado se fijó el precio referencial de G. 13.500 por cada ración, sin embargo cuando la goberna­ción adjudicó a la empresa ESSA la ración se cotizó a G. 14.500, ya generando una ganancia millonaria.

Para el 2019, la Gobernación de Caazapá tenía un presu­puesto de G. 23 mil millones para la alimentación esco­lar, sin embargo se utilizó poco menos de la mitad. Por la falta de ejecución, la gobernación tuvo que suspender la licitación y volver a llamar a un nuevo concurso para bus­car que otra empresa se haga cargo de provisión de alimen­tos y no dejar abandonados a los niños.

Sin embargo, recién en noviembre se hizo el llamado y la empresa ESSA fue adjudi­cada. Como ya se hizo un lla­mado sobre el plazo de ven­cimiento es que la Dirección de Contrataciones Públicas le llamó la atención a la gober­nación, apuntando que de rei­terarse un suceso parecido se iniciará una investigación.

La empresa ESSA, en conse­cuencia, se llevó una ganancia de unos G. 11.000 millones al ganar un contrato plurianual de provisión de alimentos para el 2019-20. Pero hubo denuncias con documentos que avalaron que la empresa no cumplió con el contrato y no proveyó la cantidad de almuerzos a la que estaba comprometida en el contrato.

LA HISTORIA CON LOS KITS DE ALIMENTOS

Como las clases se suspen­dieron en marzo pasado por el brote de la pandemia, los almuerzos escolares ya no pudieron ser proveídos, pero eso no significó que la empresa ESSA deje de sacar una tajada de dinero a la gobernación.

El plan de alimento escolar de almuerzos fue reemplazado por el kit de alimentos. Dos empre­sas ganaron la licitación para armar y entregar estos kits.

La empresa 1 tenía que proveer de alimentos a escuelas de las localidades de Abaí, Caazapá y San Juan, a un precio de G. 13.850 por niño, mientras que la empresa ESSA debía pro­veer a las localidades de Tavaí, Maciel, Yuty, 3 de Mayo, San Juan y Caazapá, pero a un pre­cio de G. 14.500 por niño.

Por qué ESSA cobraba más por el kit siendo que ambos presentaban los mismos productos, nadie lo explicó. Es más, entre los productos que iban en el kit había 10 kilos de azúcar, el que era proveído por la azucarera Friedmann.

La empresa 1 daba los kits a G. 130.000, mientras que ESSA facturaba G. 290.000 por kit, más del doble del precio de la otra empresa. Se aclara que ambos kits tenían los mismos productos y el mismo peso.

// La Nación