El Gobierno promete una respuesta “firme, implacable e inmediata” y aumenta la presencia militar en el país. Un vigilante del consulado francés en la ciudad saudí de Yeda resulta herido tras ser apuñalado. En Lyon, un afgano armado con un cuchillo ha sido arrestado.

El terrorismo ha vuelto a golpear Francia. Al menos tres personas han muerto este jueves en Niza, en un brutal ataque con cuchillo perpetrado en una iglesia por un hombre que, según las autoridades locales, asumió la agresión como un acto islamista cuando fue detenido. No ha sido la única amenaza que se cernía sobre el país horas antes de comenzar un nuevo confinamiento nacional por el coronavirus y que ha llevado al Gobierno a elevar la alerta terrorista al máximo nivel. Poco después del atentado en Niza, la policía detenía en Lyon a un hombre, al parecer afgano, que portaba un cuchillo cerca de una estación de tren de la ciudad. Entre tanto, la Embajada francesa en Arabia Saudí confirmó el apuñalamiento de un vigilante, que resultó herido, en su consulado en Yeda. “Claramente, es Francia la que está siendo atacada”, ha dicho el presidente, Emmanuel Macron, desde Niza.

“Si volvemos a ser atacados, una vez más, es por nuestros valores, por nuestro gusto por la libertad, por esa posibilidad en nuestro territorio de creer libremente y de no ceder a ningún espíritu de terror. Lo digo claramente: No cederemos en nada”, ha declarado Macron, que acudió a Niza acompañado de sus ministros de Interior, Gérald de Darmanin, y de Justicia, Éric Dupont-Moretti.

Mientras que el vínculo islamista está por confirmar en el incidente de Lyon, que no ha dejado víctimas, no cabe ninguna duda de que lo sucedido en Niza es un “ataque terrorista islamista”, ha afirmado Macron. El atentado, que ha provocado una cascada de condenas nacionales e internacionales, podría dar además un complicado giro político si se confirman las informaciones de algunos medios según los cuales el agresor es un joven tunecino de 21 años llegado en octubre desde Lampedusa y que estaba en Francia en situación irregular. Desde el primer ataque islamista de las últimas semanas, ante la antigua sede de la revista satírica Charlie Hebdo en París, perpetrado por otro joven migrante, esta vez un paquistaní que llegó a Francia bajo una identidad y edades falsas, la extrema derecha lleva reclamando una mano más dura con la inmigración.

“Este ataque tan cobarde como bárbaro pone de luto a todo el país”, ha dicho el primer ministro, Jean Castex, en una breve alocución ante la Asamblea Nacional tras participar en la célula de crisis abierta en el Ministerio del Interior por el ataque en Niza. “La respuesta del Gobierno será firme, implacable e inmediata”, ha prometido, a la par que ha revelado que se eleva el plan de vigilancia antiterrorista a su máximo nivel, el de “emergencia de atentado”, en todo el país. Macron por su parte ha anunciado que la Operación Centinela, el despliegue militar en todo el territorio decretado tras los atentados de 2015, será reforzado y pasará de 3.000 a 7.000 efectivos desplegados para “proteger todos los lugares de culto, en particular las iglesias” en vísperas de la celebración de Todos los Santos.

El Gobierno celebrará además un consejo de defensa el viernes por la mañana centrado en los nuevos ataques, que se producen en un momento especialmente sensible en Francia, tras la decapitación hace dos semanas a las afueras de París de un profesor de Historia, Samuel Paty, que mostró caricaturas de Mahoma para ilustrar una clase de libertad de expresión. Esta semana, además, se ha elevado considerablemente la tensión debido a las protestas en varios países musulmanes por la firme defensa de Francia del derecho a mostrar caricaturas del profeta o de otros símbolos religiosos.

Con el asesinato de Paty, “el objetivo fueron la libertad de expresión y la libertad de enseñar. Hoy, con las víctimas de Niza, son la libertad de culto y la de conciencia las que son atacadas”, ha afirmado Castex en otra alocución, esta vez ante el Senado. Macron por su parte ha llamado a la “unidad de todos”. En Francia “solo hay una comunidad, la nacional. Y quiero decir a todos nuestros ciudadanos, sea cual sea su religión, crean o no, que en este momento debemos unirnos y no ceder al espíritu de división”.

El primer ataque de este jueves, en Niza, tuvo lugar hacia las nueve de la mañana, en el interior de la basílica de Notre Dame, en el centro de la ciudad de la Costa Azul, en el sureste del país. Las víctimas son dos mujeres y un hombre que el alcalde de la ciudad, Christian Estrosi, identificó como el sacristán de la iglesia. Dos de las víctimas fallecieron en el interior del templo. Según la Agencia France Presse, una de ellas, una mujer, fue degollada por el agresor, que habría intentado decapitarla. Estrosi no ha querido confirmar explícitamente este extremo, aunque sí ha dicho que han sido asesinados “de manera horrible” y ha evocado la muerte de Samuel Paty, el profesor de Historia decapitado en las afueras de París el 16 de octubre por un joven de origen checheno que lo asesinó por haber mostrado en clase unas caricaturas de Mahoma, las mismas que publicó Charlie Hebdo y que motivaron los atentados contra el semanario en enero de 2015. Otra mujer logró huir y refugiarse en un bar cercano, donde pereció poco después a causa de las heridas.

La Fiscalía Antiterrorista ha abierto una investigación por “asesinato con fines terroristas”, por “intento de asesinato terrorista” y por “asociación criminal terrorista”, según confirmaron fuentes judiciales a este diario. La Asamblea Nacional, que estaba en sesión para debatir la entrada en vigor de un nuevo confinamiento nacional por coronavirus, interrumpió la reunión y celebró un minuto de silencio en memoria de las víctimas.

Estrosi, que acudió rápidamente al lugar del ataque, ha denunciado un acto de “islamofascismo” y ha asegurado que el presunto agresor, que está siendo tratado en un hospital tras resultar herido de bala por la policía que rápidamente acudió a la zona del ataque, asumió el acto como islamista. Según algunos medios, el hombre se habría identificado como “Brahim” y dice tener 25 años, aunque todavía no se ha confirmado su identidad.

“Niza, como Francia, hoy está pagando un tributo demasiado pesado al ser víctima, una vez más, del islamofascismo (…) El autor de los actos no ha cesado de repetir en bucle delante de nosotros allahu akbar [Alá es el más grande]cuando era atendido por médicos en el lugar de los hechos”, ha declarado Estrosi.

Poco después de los asesinatos de Niza, la Embajada francesa en Arabia Saudí ha confirmado que un hombre ha acuchillado este jueves a un guardia de su Consulado en Yeda, la segunda ciudad de Arabia Saudí, informa Ángeles Espinosa. “El atacante ha sido detenido de inmediato por las fuerzas de seguridad”, afirma el comunicado en el que la legación diplomática condena una agresión “que nada puede justificar”. Según la agencia estatal de noticias, SPA, tanto el autor como su víctima son ciudadanos saudíes. El vigilante herido se encuentra fuera de peligro.

Aunque Arabia Saudí ha sido escenario en el pasado de atentados contra intereses occidentales, ataques como este con cuchillo son raros. No obstante, tres bailarines españoles fueron objeto de una acción similar en noviembre de 2019 mientras actuaban en un festival de teatro en Riad. El agresor, un yemení, fue condenado a muerte al mes siguiente.

El Reino del Desierto, al que muchos analistas responsabilizan de haber difundido la radical interpretación del islam en la que se apoyan los extremistas islámicos violentos, ha condenado el atentado de Niza. “Reiteramos nuestro rechazo categórico a esas acciones extremistas que son incompatibles con todas las religiones, los valores humanos y el sentido común”, asegura su Ministerio de Exteriores en un tuit en el que también da sus condolencias a las familias de las víctimas y al pueblo francés. Riad reprobó el pasado martes las caricaturas de Mahoma por las que fue asesinado Paty y rechazó cualquier vínculo entre islam y terrorismo.

Las medidas anunciadas por el presidente francés contra el islam radical del que han sido víctimas tanto los tres acuchillados en Niza como el profesor Paty han desatado protestas desde Indonesia hasta Libia. Los islamistas a los que Macron quiere poner coto han hecho llamamientos a boicotear los productos franceses a través del mundo islámico, donde se libra una lucha interna por el control de los musulmanes. Quienes aspiran a que el islam sea un actor político, y ellos los únicos representantes de los seguidores de esa religión, chocan no solo con las democracias occidentales, sino con muchos musulmanes que no comparten sus objetivos. La situación se complica por la ambigüedad de los autócratas árabes que si bien recelan de los islamistas (porque cuestionan su autoridad), intentan a la vez legitimarse en el islam ante sus ciudadanos.

A media tarde, las autoridades locales confirmaban la detención en Lyon de un hombre que portaba un cuchillo de 30 centímetros en las afueras de una de las estaciones de tren de la ciudad. Según la Agencia France Presse, se trata de un afgano de 26 años que, de acuerdo con fuentes de la investigación, se disponía a “pasar a la acción” y a atacar a viandantes. El hombre, que estaba en el radar de las fuerzas de seguridad por su radicalización, ha sido puesto en detención preventiva. Poco antes, en Aviñón, la policía había abatido a otro hombre de 33 años que había amenazado a gente con un arma de fuego. La fiscalía sin embargo ha descartado en este caso la pista islamista y ha señalado que se trata de un individuo con problemas psiquiátricos.

// El País