Francia, Alemania, Holanda, Italia y el Reino Unido endurecen las restricciones o dan marcha atrás si pensaban abrir para las fiestas ante el empeoramiento de los contagios.
Media Europa teme una tercera ola cuando apenas está saliendo de la segunda y la otra media sigue batallando porque no consigue doblegar la curva como sí han hecho, de momento, y sin poder cantar victoria ni mucho menos, países como España, Italia o Francia. La Navidad, asumen tanto las autoridades como los epidemiólogos, marcará un punto de inflexión en forma de un probable repunte de los casos tras las celebraciones. Para atenuarlo varios países están presentando medidas más duras de las que inicialmente habían previsto. Algunos vuelven a cerrar el comercio no esencial y adelantan las vacaciones escolares para que los colegios queden cerrados ya esta semana. Alemania, que ya llevaba seis semanas de restricciones, tomó el fin de semana la decisión de endurecerlas aún más. “La mayor parte de Europa está en plena segunda ola, y de forma muy intensa”, recuerda Daniel López Acuña, exdirectivo de la Organización Mundial de la Salud. Países como Croacia (con una incidencia de 1.200 casos por 100.000 habitantes) o Suecia (739) son buen ejemplo de ello.
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Pero también los Estados con cifras de contagio menos escandalosas están preocupados, algunos porque llevan semanas con restricciones y no consiguen bajar la tasa de infecciones, y otros porque temen que las fiestas navideñas den al traste con el descenso de los casos y de la ocupación hospitalaria que han conseguido en el último mes. Francia, Alemania, Holanda, Italia y el Reino Unido han anunciado en los últimos días un endurecimiento de las medidas, ya sea con carácter inmediato, o para aplicarlas durante las fiestas. Este lunes se anunciaron para Londres, la capital británica, donde viven más de nueve millones de personas (12, si se cuenta el área metropolitana). El aumento de casos ha llevado al Gobierno a imponer nuevamente el llamado Tier 3 (nivel 3, de alerta muy alta) tanto en la metrópoli, como en algunas zonas del sureste de Inglaterra como Essex, Kent o Hertfordshire.
Cierre de bares
Los restaurantes, bares y pubs deberán volver a cerrar sus puertas, un golpe considerable para estos negocios en medio de una campaña navideña en la que confiaban para subsanar parte de las pérdidas arrastradas durante todo el año. En la situación actual, podían permanecer abiertos cada día hasta las once de la noche, siempre que la última comanda no se tomara más tarde de las diez. Grupos de hasta seis comensales podían reunirse en los establecimientos, mientras no formaran parte de más de dos núcleos convivenciales.
Según las nuevas restricciones, tan solo podrán ya mantener su servicio de comidas a domicilio. Durante la semana del 2 al 8 de diciembre, con los datos registrados ya revisados y listos, el índice acumulado de contagios en Londres era de 225 casos por cada 100.000 habitantes en la última semana, frente los 166 casos de toda Inglaterra.
El Reino Unido alcanzó su pico de casos de la segunda ola a mediados de noviembre, y llevaba un buen ritmo de descenso hasta que a primeros de diciembre la curva de casos volvió a subir. Su incidencia acumulada a 14 días es actualmente de 348 casos por 100.000 habitantes. En ocho días ha subido un 9%, según datos del Centro Europeo de Control de Enfermedades.
Esto sucede cuando Francia está a las puertas de salir del último confinamiento decretado, que termina este martes. Allí permanecerán medidas más restrictivas que las que había previstas, como un toque de queda más duro (desde las 20.00), con museos, cines y teatros cerrados. El país no ha logrado reducir al nivel que quería las cifras de la pandemia, que se han estabilizado en tasas aún demasiado altas (236 casos por 100.000 habitantes en 14 días). El toque de queda se levantará durante la Nochebuena, pero no en Nochevieja.
“La combinación de una incidencia alta, con muchos casos en la comunidad, y una presión asistencial también elevada hacen que cualquier relajación o apertura excesiva tenga el potencial de provocar un incremento de la transmisión aún mayor que el que vimos en verano”, dice López Acuña. La evolución del resto de Europa, añade, lleva entre tres y cuatro semanas de retraso respecto a España, donde la segunda ola empezó antes. Ahora hay un problema añadido: que estamos en pleno invierno y los climas fríos invitan a las reuniones en interior, los escenarios de mayor riesgo de contagio. “A ello hay que sumar la relajación y en muchos casos la fatiga de mucha gente después de tantos meses de pandemia”, apunta el epidemiólogo.
Este martes entran también en vigor las restricciones en Alemania que anunció el fin de semana la canciller, Angela Merkel, y que se prolongarán hasta el 10 de enero: el cierre prácticamente total de la vida pública. Bares y restaurantes llevaban ya seis semanas cerrados, salvo para vender comida y bebida para llevar, pero las medidas no han conseguido disminuir el ritmo de contagios. Si se observa la curva de la incidencia en Alemania se ve cómo a mediados de noviembre los casos diarios llegaron a un pico pero no empezaron a bajar, sino que se quedaron estancados, como en una meseta. En los últimos días han vuelto a subir y se han registrado máximos de contagios y muertes. Por eso el Gobierno federal y los líderes de los länder pactaron el cierre de todo el comercio salvo el imprescindible (alimentación, farmacia, banca…) y el adelanto de las vacaciones navideñas en las escuelas.
Cierre en Países Bajos
El Gobierno neerlandés también ordenó este lunes la clausura de todos los establecimientos no esenciales hasta el próximo 19 de enero ante el aumento de los contagios, que en estos momentos rondan los 10.000 diarios. El país lleva con incidencias superiores a 400 casos por 100.000 habitantes desde mediados de octubre, y no solo no consigue bajarlas sino que en estos últimos días se le están disparando por encima de 500. Las escuelas de primaria y secundaria cerrarán a partir de mañana, y en los hogares no podrá recibirse a más de dos personas cada día. Las profesiones de contacto, excepto los médicos, deberán parar también. Si bien no se impone el toque de queda, se pide a la ciudadanía que salga lo menos posible. Las iglesias y demás templos religiosos permanecerán abiertos, y se mantienen las competiciones deportivas, pero sin público.
También en Italia se esperan nuevas medidas más restrictivas con los movimientos de los ciudadanos y con los toques de queda en las fiestas navideñas. Italia también alcanzó su pico de la segunda ola a mediados de noviembre, y su curva ha ido descendiendo progresivamente, pero el fin de semana las imágenes de miles de ciudadanos paseando y comprando por el centro de las ciudades han vuelto a alertar a las autoridades. “Las aglomeraciones son injustificables, irracionales, irresponsables”, se quejó uno de los ministros, Francesco Boccia, al diario La Repubblica. El sábado pasado Italia superó al Reino Unido como el país europeo con el mayor número de fallecidos por covid. Según la prensa italiana, el Gobierno podría decidir imponer de nuevo normas de confinamiento desde el día 24 y hasta el 2 de enero: movimientos no esenciales prohibidos, cierre de tiendas, bares y restaurantes y toque de queda nocturno. La decisión se espera para el próximo lunes.
// El País