La prisión de la ciudad de Santo Domingo, en el centro de Ecuador, donde el lunes fueron asesinados 44 presos en una reyerta entre clanes, fue escenario este miércoles de nuevos desórdenes, según confirmó el servicio penitenciario ecuatoriano.
“Se activaron inmediatamente los protocolos de seguridad, con las instituciones a cargo: Policía y Fuerzas Armadas, ante alerta de incidentes en el Centro de Privación de Libertad de Santo Domingo Nº1”, indicó en Twitter el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores del Ecuador (SNAI).
Al parecer, varios presos se subieron a los techos de las instalaciones de la cárcel para exigir protección.
Los hechos ocurrieron de mañana en el centro de rehabilitación social de Bellavista, donde ocurrió la matanza el lunes y de la que 220 presos lograron escapar, aunque han sido recapturados 200, según las autoridades, que han ofrecido a la ciudadanía 5.000 dólares por información que ayude a detener a los aún fugados.
Vídeos difundidos en redes sociales muestran a varios presos encaramados a un techo metálico gritando a miembros de las fuerzas de seguridad, además de uniformados militares acordonando el perímetro de la prisión.
Audios atribuidos a presos de mediana seguridad de esa prisión y distribuidos por redes también dan cuenta de algún tipo de incidente y la alarma causada entre los reos por la presunta llegada al pabellón de integrantes de grupos organizados.
Los datos más recientes proporcionados por la Secretaría de Derechos Humanos indican que de los 44 presos fallecidos el lunes y cuyos cuerpos ensangrentados fueron dejados en uno de los patios del centro penitenciario, 42 fueron identificados y una veintena entregados a sus familiares.
La del lunes fue la última de una serie de sanguinarios motines que se han cobrado la vida de más de 400 reclusos desde 2020, de ellos 63 solo en este 2022.
El director del SNAI, Pablo Ramírez, cifró en 124 los presos trasladados desde la cárcel de Cuenca, donde el mes pasado ocurrió otro motín que dejó una veintena de presos fallecidos, a la de Santo Domingo, lo que habría motivado nuevas rencillas.
Estos traslados fueron en cumplimientos de habeas corpus otorgados por la Justicia ecuatoriana a petición de los mismos presos, pese a la oposición del SNAI, el organismo encargado de administras y custodiar las cárceles ecuatorianas.
Esto agravó el hacinamiento de la cárcel de Santo Domingo de los Tsáchilas, una prisión con capacidad para 916 reos pero que a finales de abril sobrepasaba los 1.600, lo que supone una sobrepoblación del 76 %, según los datos del SNAI.
De acuerdo al director del SNAI actualmente hay 33.000 presos en los 36 centros que tiene Ecuador, cuya capacidad total es para poco más de 30.000.
La crisis carcelaria que atraviesa Ecuador ha llevado a organismos como la ONU, a través de la alta comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a expresar su preocupación y pedir al Gobierno ecuatoriano medidas urgentes para reducir la población carcelaria y asumir el control de las cárceles.
Ecuador está en vías de contratar a 1.400 nuevos agentes penitenciarios, ha anunciado la concesión de 5.000 indultos y desarrollado la primera política del país de derechos humanos hacia la población penitenciaria.
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