Debido a la falta de condiciones de seguridad para su traslado, la Justicia negó a Javier “Cucho” Cabaña el permiso solicitado para ir al velorio de su padre. También sucedió en octubre, pero del 2018.

El procesado por tráfico de drogas, provisión de medios de transporte para el narcotráfico, asociación criminal, comercialización y lavado de dinero, Reinaldo Javier “Cucho” Cabaña, solicitó el 16 de octubre del 2018, un permiso especial para asistir al velorio de su padre el día 17.

En ese momento, Cucho estaba recluido en la Agrupación Especializada y su intención era que lo trasladen hasta Ciudad del Este para darle el último adiós a su padre.

El juez Rubén Ayala Brun rechazó el pedido luego de la respuesta de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y de la Policía Nacional, sobre la falta de condiciones y garantías para cumplir correctamente con el traslado ida y vuelta.

Cabaña no corrió con la misma suerte que Carmen Villalba, quien ni siquiera necesitó recurrir a instancias judiciales para despedir a su hermano terrorista Osvaldo Villalba, sino que le bastó con una decisión administrativa forzada por la directora de la cárcel del Buen Pastor.

Villalba no tuvo que salir del penal, pues las autoridades le llevaron el féretro hasta la comodidad de su lugar de reclusión, del cual se negó a ser trasladada luego de su mal comportamiento.

El Ministerio de Justicia y las autoridades penitenciarias alegaron que existía una amenaza de amotinamiento y que por ello, optaron por acceder al “pedido” de la criminal.

El artículo 129 del Código Penal establece que se podrá conceder el permiso de salida en caso de fallecimiento o enfermedad grave de familiar, cónyuge, conviviente o personas íntimamente vinculadas al interno. En ningún punto contempla la posibilidad de introducir el ataúd a la cárcel.

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