Los incendios contaminan el aire, y respirar el humo puede ocasionar tos, dificultad para respirar, irritación en los ojos y garganta, rinorrea, bronco-obstrucción, dolor de pecho, cefalea, crisis de asma, cansancio y decaimiento.

En caso de incendios, se recomienda no exponerse al aire del exterior, permanecer en la vivienda, con puertas y ventanas cerradas.

Para prevenir efectos adversos de salud, tras la exposición al ambiente contaminado por incendios, el Ministerio de Salud Pública brinda algunas recomendaciones a la ciudadanía e insta a tener especial atención con la población infantil, pues constituye uno de los grupos más vulnerables, sobre todo los niños pequeños, así como las embarazadas, los adultos mayores y las personas con problemas respiratorios y cardiovasculares.

Respirar el aire contaminado por los focos de incendios puede producir efectos negativos en la salud de diversas maneras, cualquier persona, incluso aquellas sanas, al exponerse a una cantidad suficiente de humo de incendio en el aire, compuesto por una mezcla de gases y partículas pequeñas, puede ser afectada.

Respirar el humo puede ocasionar

  • Tos.
  • Dificultad para respirar.
  • Irritación en los ojos y garganta.
  • Rinorrea.
  • Bronco-obstrucción.
  • Dolor de pecho.
  • Cefalea.
  • Crisis de asma.
  • Cansancio y decaimiento.

Algunas medidas de prevención para personas expuestas al humo de incendios forestales

• Si se encuentra cerca de un incendio forestal o industrial, evacúe el lugar.

• Evite permanecer a menos de 300 metros a la redonda del incendio.

• Si se encuentra alejado a más de 300 metros a la redonda, quédese en la vivienda, con puertas y ventanas cerradas, sin utilizar el aire acondicionado.

• Infórmese sobre la calidad del aire local y de los sitios de incendio forestal en su área.

• De ser posible, permanezca dentro de la vivienda. Mantenga las puertas y las ventanas cerradas, para evitar que ingrese el humo. No utilice el aire acondicionado.

• Evite la contaminación del aire interior de la casa: no fume, no encienda velas, chimeneas, fogones, no barra ni sacuda el polvo de muebles u otros objetos. En caso de hacerlo, utilice trapos mojados.

• Hidratarse con al menos dos litros de agua al día (10 vasos de 200 ml).

• En caso de que sea imprescindible salir de la casa, utilice mascarillas o barbijos de protección. Las apropiadas son las N95, KN95 o P100, sobre todo, para aquellas personas que presentan enfermedades respiratorias o cardiovasculares.

• En estas condiciones, evite la práctica de actividades recreativas al aire libre.

• En caso de ser portador de enfermedades respiratorias, como asma, EPOC, siga las indicaciones de su médico en cuanto al tratamiento recomendado. Si los síntomas empeoran, acuda a la USF o servicio de salud más cercano a su domicilio.

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