El potente escudo antimisiles provistos por el gobierno de Vladimir Putin fue detectado por la empresa israelí ISI y había sido probado en febrero. Se trata de la última muestra de colaboración entre el régimen chavista y el Kremlin en un contexto de fuertes tensiones en la región ante la expectativa de una posible intervención militar estadounidense
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana de Venezuela (FANB) desplegó una batería de misiles de fabricación rusa S-300 en los alrededores de Caracas, según informó el domingo la consultora israelí en defensa ImageSat International (ISI).
De acuerdo a las imágenes satelitales tomadas el 20 de marzo y publicadas en la cuenta de Twitter de la empresa, el escudo antimisiles entró en operaciones en la base aérea Capitán Manuel Ríos luego de una serie de ensayos realizados en febrero de 2019, en el marco de las maniobras Bicentenario de Angostura lanzadas por el régimen de Nicolás Maduro.
En total se detectaron cinco lanzadores de los misiles S-300VM, con capacidad de derribar aviones enemigos o misiles balísticos, además de un sistema de radar 9s32ME.
«Venezuela aumenta su disponibilidad operacional debido a las tensiones regionales», es la conclusión de ISI.
El despliegue de los S-300 durante las maniobras Bicentenario Angostura, realizada en medio de un contexto de extrema tensión política en el país sudamericano, ya había sido reportado pero no se sabía si sería temporal, durante el desarrollo de los ejercicios, o si por el contrario se trataba de un aumento de las defensas venezolanas.
También ISI, que opera satélites EROS fabricados por la industria de defensa de Israel, publicó en febrero imágenes del desembarco y montaje de los S-300 en la base Capitán Manuel Ríos.
Pero lo cierto es que la FANB se ha mostrado en estado de alerta desde que la Asamblea Nacional de Venezuela designara a Juan Guaidó como presidente interino del país encargado de hacerse cargo del poder ejecutivo y llamar a elecciones libres, en directo desafío al régimen de Maduro, cuya reelección en 2018 ha sido criticada por ilegítima.
Al respecto, Estados Unidos, Canadá, Europa y la mayor parte de América Latina se movilizaron para reconocer a Guaidó como presidente legal y legítimo de Venezuela, llamando a Maduro a entregar el poder.
Mientras que Rusia, China, Cuba, Turquía e Irán, entre otros, prestaron apoyo al régimen chavista.
En este contexto de puja geopolítica entre las grandes potencias, comenzó a circular la posibilidad de una intervención militar de tropas extranjeras en Venezuela, presuntamente lideradas por Estados Unidos. Ante lo cual Rusia extendió su apoyo militar a Maduro, prometiendo nuevos vuelos de los bombarderos nucleares Tu-160, como el realizado en diciembre, y una mayor cooperación.
El domingo dos aviones de transporte de la Fuerza Aérea de Rusia aterrizaron en Caracas con 100 militares rusos y 35 toneladas de equipo en su interior, disparando todo tipo de especulaciones sobre sus objetivos, desde el mantenimiento de los Tu-160 hasta el refuerzo del régimen ante una invasión.
Sin embargo, es importante destacar que Venezuela posee enormes cantidades de equipo militar de fabricación rusa y la cooperación y asistencia posventa es usual, y el lunes el gobierno ruso aseguró que la llegada de la comitiva se daba en cumplimiento de contratos existentes.
El S-300 es un sistema defensivo de misiles tierra-aire desarrollado en la década de 1970 por la Unión Soviética, y que ha recibido numerosas actualizaciones hasta convertirse en una de las armas más eficaces de su tipo, aunque no se encuentra en las más modernas hoy en funcionamiento.
Cada batería está compuesta por una serie de lanzadores, radares y un centro de comando, y funciona en forma automatizada con la capacidad de derribar misiles balísticos, misiles de crucero y aeronaves de todo tipo.
Su versión más moderna, la S-300VM, tiene un alcance de 200 kilómetros y es utilizada para defensa aérea de bases militares e infraestructura estratégica. Es desplegada por Rusia, Egipto y Venezuela. //Infobae