El militar era el jefe de la Guardia Revolucionaria Islámica -declarada organización terrorista por los Estados Unidos– y comandante de las Fuerzas Al Quds, el cuerpo de élite que opera en el exterior. Era considerado el arquitecto de la estrategia internacional persa.
Irán conmemora este domingo el primer aniversario de la muerte de su “arquitecto” en política militar exterior en la región, el general Qasem Soleimani, en un ataque aéreo estadounidense en el aeropuerto de Bagdad (Irak) con llamamientos a la venganza contra Estados Unidos, al que ha vuelto a acusar de cometer “un acto de terrorismo internacional”.
Así se ha expresado este fin de semana el ministro de Exteriores iraní, Mohamad Yavad Zarif, quien describió en su día a Soleimani como “la fuerza más eficaz en la lucha contra Al Qaeda y Estado Islámico”. “Al cometer un acto cobarde de terrorismo contra el general Soleimani, EEUU violó la ley internacional y la Carta de la ONU en una flagrante violación de la soberanía iraquí”, hizo saber en su cuenta de Twitter. “Irán no descansará hasta llevar a los responsables ante la justicia”, aseveró.
Estados Unidos explicó en su momento la muerte de Soleimani como un recurso necesario para “para proteger al personal estadounidense en el extranjero”. El Pentágono, que especificó que ha sido el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el que ha dirigido el ataque, reveló en un comunicado que Soleimani “estaba desarrollando activamente planes para atacar a los diplomáticos estadounidenses en Irak y en toda la región”.
Washington se refería a las manifestaciones que tuvieron lugar días antes en la Embajada de Estados Unidos motivadas por los bombardeos estadounidenses en Irak y Siria contra la milicia Kataib Hezbollah. Según el comunicado, “Soleimani aprobó los ataques a la Embajada de Estados Unidos”.
En un discurso público realizado este domingo, el portavoz del Cuerpo de la Guardia de la Revolución Islámica de Irán (IRGC), el general de brigada Ramezan Sharif, acusó a Estados Unidos de saquear los países de la región y elogió al fallecido general como un dique de contención que “frustró el complot de Estados Unidos para desintegrar los estados regionales”.
El presidente de Irán, Hassan Rohani, y el ministro de Defensa, el general Amir Hatami, se expresaron con mayor dureza, en una promesa conjunta de venganza contra Estados Unidos.
Para el general, la gran venganza de Irán por la sangre del general Soleimani está consistiendo “en la expulsión de las fuerzas estadounidenses de la región”, según hizo saber durante un discurso en la Academia Militar de Teherán, recogido por la agencia oficial de noticias IRNA.
El pasado miércoles, por su parte, Rohani amenazó con “cortar las piernas” de Estados Unidos en represalia por la muerte del general. “Cortan la mano de nuestro General y sus piernas serán cortadas de la región”, declaró el presidente durante una sesión de su Consejo de Ministros. “El pueblo iraní se reserva el derecho a vengarse de la sangre de su general”, añadió el presidente.
“Mientras Estados Unidos siga en esta región, nuestra venganza final no se habrá cumplido”, concluyó el mandatario.
Soleimani, al frente de la Fuerza al Quds dentro de la todopoderosa Guardia Revolucionaria iraní, era una figura fundamental para entender la presencia de Irán en los principales conflictos de la región y como brazo ejecutor de la política del líder supremo del país, Alí Jamenei. Su muerte en el ataque que también se cobró la vida de uno de sus hombres de confianza y ‘número dos’ de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) iraquíes, Abu Mahdi al Muhandis, supuso, según reconoció en su momento el ayatolá y líder supremo iraní, Alí Jamenei, una “amarga pérdida”.
No en vano, Soleimani era considerado como el arquitecto de la estrategia que ha permitido en los últimos años a Irán proyectar su poderío en todo Oriente Próximo, desde Líbano a Siria pasando por Irak y Yemen, y en palabras de Alí Soufan, un antiguo agente del FBI y experto antiterrorista, “el general más poderoso” de la región.
Este general, que inició su carrera en la guerra con Irak en los años 1980 cuando apenas tenía 20 años, fue quien estuvo moviendo los hilos en las dos últimas décadas, y en particular en los últimos años, respecto a la presencia e influencia de Irán, tanto directa como por vía de grupos y milicias afines –los llamados ‘proxy’–, en toda la región.
La Fuerza Al Quds que comandaba desde 1998 cuenta con entre 10.000 y 20.000 hombres y, como destaca Daniel Byman, profesor de la Universidad de Georgetown y experto del Center for Middle East Policy de Brookings Institution, se encarga de “ofrecer entrenamiento, armamento, directrices organizativas y otro apoyo a un abanico de grupos pro iraníes”.
Así, había trabajado con Hezbollah, el grupo terrorista chií libanés, cuyo líder, Hasán Nasralá, fue uno de los primeros en condenar su muerte y prometer venganza y continuar la “resistencia” frente a Estados Unidos.
Irán ha venido suministrando armamento a Hezbollah desde hace años a través de Siria y Soleimani ha mantenido una estrecha relación con muchos de los líderes de la organización. Asimismo, la Fuerza al Quds mantiene estrechos vínculos con grupos terroristas palestinos como Hamás o Yihad Islámica.
Miles de iraquíes ya han comenzado a marchar hacia la plaza de Tahrir en Bagdad para conmemorar el aniversario de las muertes de Soleimani y Al Muhandis, los llamados “líderes de la victoria”.
Decenas de vehículos participaron en el transporte de los participantes de las provincias al lugar de la manifestación, que comenzará en torno a las 13.00.
El ex primer ministro iraquí Haider el Abadi ha sido una de las primeras figuras de la política nacional en recordar a los fallecidos, antes de avisar sobre una posible escalada de violencia en la región, además de acusar a Estados Unidos de violar su soberanía el efectuar el ataque en su territorio y sin el permiso de las autoridades.
“Hoy se cumple el primer aniversario del sangriento incidente del aeropuerto, en el que los líderes que lucharon con nosotros para derrotar a Estado Islámico fueron martirizados, y se violó la soberanía de Irak y se quebró su seguridad”, ha hecho saber en su cuenta de Twitter. “La escalada de la que estamos advirtiendo puede sumir a Irak y la región en un conflicto devastador, aunque es uno que se puede superar si hacemos un ejercicio de sabiduría, y protegemos la soberanía y los intereses de nuestro país”, ha añadido.
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