El mandatario, que según medios locales tiene 38 grados de fiebre, dijo que se hizo estudios en los pulmones y que estos estaban «limpios». Y agregó que está «evitando el contacto con la gente», pese a haber sido un fuerte detractor de la distancia social durante el transcurso de la pandemia.
Luego de hacerse una nueva serie de exámenes médicos, que incluyeron un test de coronavirus tras mostrar síntomas de la enfermedad, el presidente brasileño Jair Bolsonaro se dirigió a partidarios que lo esperaban fuera del Palacio da Alvorada, la residencia presidencial.
El mandatario les indicó que venía del hospital, donde se realizó estudios en sus pulmones. Y aseguró: “está limpio, está todo bien”. Pero advirtió a algunos de sus seguidores que se querían acercar a él que no lo hicieran.
“Estoy evitando el contacto con la gente. No puedes acercarte mucho, una recomendación para todo el mundo”, expresó. El comportamiento reflejó un fuerte contraste con la fuerte reticencia del mandatario a mantener cualquier tipo de distancia social, en línea con su minimización de la gravedad de la pandemia, que al lunes ha dejado más de 65.000 muertes y 1,6 millones de contagios en el país.
De hecho, Bolsonaro hizo costumbre de saludar a sus partidarios, que durante numerosos domingos se congregaron fuera de la residencia oficial para manifestarle su apoyo y expresar sus críticas al resto del arco político, eventos que incluyeron pedidos para cerrar el Congreso y la Corte Suprema.
En paralelo, medios locales comenzaron a compilar la lista de funcionarios, empresarios y actores políticos con quienes Bolsonaro se reunió en los últimos días, considerando que, de dar el mandatario positivo, estos corren el riesgo de haber contraído la enfermedad de él.
Entre ellos se destacan el ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, y el embajador de Estados Unidos en el país, Todd Chapman. Una foto publicada en los últimos días muestra a Bolsonaro abrazando a Araújo en el marco de una reunión en la que participaron al menos otras seis personas. Ninguna de ellas usa mascarilla o mantiene distancia.
El mandatario recibirá el resultado del test el martes alrededor del mediodía. Bolsonaro, de 65 años, también señaló que su tasa de oxigenación en sangre había bajado 96% e informó que está tomando hidroxicloroquina, el polémico medicamento antiviral que algunas personas defienden como tratamiento eficaz contra la COVID-19 mientras que otros rechazan por su presunta peligrosidad e inefectividad.
No es la primera vez que el mandatario brasileño sospecha estar contagiado del nuevo virus que mantiene en vilo a todo el mundo. En marzo Bolsonaro llegó realizarse tres pruebas de coronavirus, todas con resultados negativo.
Esos resultados fueron presentados por el mandatario al Supremo Tribunal Federal en mayo, tras un pedido de la prensa.
Desde el inicio de la pandemia, que en Brasil ha dejado un saldo de 1.623.284 contagios confirmados y 65.487 muertos (un balance sólo superado en el mundo por Estados Unidos, Bolsonaro se ha mostrado reacio a seguir las recomendaciones la Organización Mundial de la Salud (OMS) con respecto a las cuarentenas, los confinamientos y el aislamiento social, debido al fuente impacto económico de estas medidas.
Mientras tanto, los gobernadores de los estados más populosos de Brasil, y al mismo tiempo los más golpeados por el virus, intentaban implementar cuarentenas estrictas en sus territorios, chocando constantemente con el gobierno federal.
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