El secretario de Salud norteamericano, Xavier Becerra, reclama un estudio basado en la ciencia y en la independencia de los expertos.
Con más de tres millones de muertos en el planeta debido a la pandemia de coronavirus, el origen del brote sigue siendo desconocido. Hoy ya no se descarta ninguna hipótesis, y se abre el foco para abarcar tanto la teoría de un escape accidental de un laboratorio como la de un salto natural desde los animales. En esa senda está Estados Unidos, que no se compromete con ninguna de las explicaciones dadas hasta ahora y este martes ha pedido un estudio “independiente” y “transparente” del origen del coronavirus causante de la covid-19.
Durante una intervención por vídeo en la asamblea anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el secretario de Salud estadounidense, Xavier Becerra, ha declarado este martes a través de videoconferencia que era necesario entender mejor la pandemia “con el fin de poder responder mejor a amenazas futuras”. Becerra ha insistido en que cualquier estudio realizado con el fin de saber cómo, cuándo y qué pasó debe estar “basado en la ciencia y en la independencia de los expertos”. “Debe lanzarse la fase 2 del estudio sobre los orígenes de la covid con términos de referencia que sean transparentes, basados en la ciencia, y que den a los expertos internacionales la independencia para evaluar completamente la fuente del virus y los días tempranos del brote”, ha dicho Becerra.
“No tenemos información suficiente para sacar conclusiones sobre el origen” del coronavirus, declaró este lunes la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki. “Necesitamos nuevos datos. Necesitamos una investigación independiente. Y eso es exactamente lo que hemos estado pidiendo”, insistió. La respuesta a la prensa de la portavoz presidencial se producía tras conocerse que agencias de inteligencia norteamericanas tenían informes que revelaban que investigadores del laboratorio chino de Wuhan habían estado gravemente enfermos un mes antes de que Pekín reportara el primer caso de coronavirus, aunque las fuentes de la Administración citadas por la agencia Reuters pedían precaución a la hora de concluir que el origen de la pandemia estuviera en una fuga del laboratorio.
El pasado lunes el diario The Wall Street Journal informó de que tres investigadores del Instituto de Virología de Wuhan enfermaron en noviembre de 2019 y tuvieron síntomas similares a los de la covid-19 poco antes de que estallara la pandemia, y necesitaron atención médica. Sus síntomas, según este informe que se redactó en los últimos días de la Administración de Donald Trump y al que ha tenido acceso el Journal, eran consistentes tanto con la covid-19 como con enfermedades estacionales comunes. Sin embargo, China había informado a la OMS que el primer paciente con síntomas similares a los de la covid-19 se registró en Wuhan el 8 de diciembre de 2019.
El diario neoyorquino resalta que el Instituto de Wuhan no ha compartido datos sin procesar, registros de seguridad y registros de laboratorio sobre su extenso trabajo con coronavirus en murciélagos, animal que mayoritariamente ha sido considerado la fuente más probable del origen del virus. Si bien es cierto que el informe refuerza la creencia de que el virus probablemente se originó naturalmente, a partir del contacto entre animales y humanos, no excluye la posibilidad de que fuera el resultado de una fuga accidental del Instituto de Wuhan, donde se estaba llevando a cabo una investigación sobre coronavirus en murciélagos.
China ha negado siempre que el virus se haya escapado de uno de sus laboratorios. Pero la falta de transparencia de Pekín ha llevado a que algunos destacados científicos consideraran que quizá se había rechazado muy pronto esa posibilidad. Dentro de la cuestionada gestión que hizo la Administración Trump de la pandemia, hubo una primera voz dentro del Partido Republicano que, si se prueba la teoría de que el virus salió del laboratorio de Wuhan, pasará a los libros de historia como el primer político en tenerla en cuenta. El senador Tom Cotton, republicano de Arkansas, señaló desde el principio al lugar donde se encontraba localizado el Instituto de Wuhan para buscar respuestas a la crisis.
El 30 de diciembre de 2019 la Comisión de Salud Municipal de Wuhan emitió una “noticia urgente” a las instituciones sanitarias superiores diciendo que se habían dado en la ciudad casos de una neumonía, de la cual se desconocía el origen, en el mercado de Huanan (en Wuhan), considerado al principio de la pandemia como la zona cero del coronavirus.
Desde entonces, el intento de explicar el origen de la pandemia ha fluctuado entre lo que se consideraban teorías conspirativas alimentadas por Trump y sus seguidores respecto a una fuga intencionada de un virus almacenado en el laboratorio de Wuhan y las hipótesis científicas basadas en la existencia de un progenitor del virus en los murciélagos que, a través de una cadena de contagios a otras especies, acabara finalmente en animales infectados que se venden en diferentes mercados de Wuhan.
Investigación de la OMS
Ya con Joe Biden en la Casa Blanca, una misión de la OMS con China concluía el pasado 9 de febrero que la hipótesis del accidente de laboratorio era “extremadamente improbable”, mientras que la transmisión natural desde un reservorio animal era “probable o muy probable”. Y sin embargo, dos días después, el 11 de febrero, el propio director general de la OMS, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, rechazaba descartar la posibilidad de que hubiera habido una fuga en el laboratorio chino y reclamaba una investigación más exhaustiva sobre esa hipótesis, ya que en el Instituto de Virología de Wuhan se trabajaba con coronavirus y se encuentra a poco de más de 10 kilómetros de la considerada zona cero de la pandemia, el ya famoso mercado de Huanan.
El 19 de febrero, el consejero de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, hizo público un comunicado sobre el informe de la OMS en el que declaraba que la Casa Blanca tiene “serias preocupaciones sobre la manera en la que se hicieron las primeras investigaciones del origen de la covid-19. “Es imperativo que este informe sea independiente, con expertos capaces de investigar libremente sin la intervención o manipulación de China”, dijo el asesor. “Para entender esta pandemia y estar preparados para la próxima, China debe hacer accesible toda la información de que dispone desde los primeros días del brote del virus”, finalizó el cargo de la Administración Biden.
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