El empresario Eduardo Felippo fue nombrado este lunes como nuevo presidente del Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología (Conacyt). El expresidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP) fue resistido por la comunidad científica local, que incluso se manifestó en su contra y la de los otros dos integrantes de la terna propuesta.

Los oídos del presidente de la República quedaron cerrados para los más de 200 científicos que se manifestaron y pidieron el rechazo de la terna propuesta para la elección del nuevo presidente del Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología (Conacyt). Al final, Mario Abdo Benítez eligió a Bernabé Eduardo Felippo como nuevo titular del organismo por sobre David Ocampos y José Matto.

Felippo fue el más resistido por los científicos categorizados. El presidente Abdo firmó el decreto 3.124 el viernes pasado, 20 de diciembre, en el que lo nombra como presidente de Conacyt con el rango de ministro. Reemplazará a Luis Alberto Lima, quien asumió el cargo en noviembre de 2013.

El nuevo presidente de Conacyt era el representante de la Unión Industrial Paraguaya en el consejo y como tal fue elegido para la terna. Su hermano, Ricardo Felippo, trabajará con él, ya que representa a la Federación de la Producción, la Industria y el Comercio (Feprinco).

El martes pasado, decenas de científicos categorizados se manifestaron frente a la sede del Conacyt para exigir que un investigador forme parte de la terna. Ese día, el doctor Antonio Cubilla, uno de los investigadores de más prolífica producción en el país, cuestionó la falta de formación científica de la mayoría de los miembros del consejo.

“Estamos haciendo una campaña hace dos o tres años para llevar científicos al consejo del Conacyt, como corresponde, como es en todo el mundo. En nuestro país no ocurre eso, hay solo una o dos personas en el consejo que están asociadas con la ciencia”, señaló Cubilla.

“El riesgo es que se pueden adoptar políticas equivocadas, se puede poner el dinero donde no corresponde y se puede coartar lo más sagrado, que es la autonomía del investigador, la libertad de investigación”, resaltó. Explicó que somos el país con menos inversión en investigación en Latinoamérica y que los US$ 20 millones anuales de la actualidad deberían ser, como mínimo, US$ 200 millones. // ABC Color