S.E.A. llegó de la zona norte del país a Ciudad del Este (Alto Paraná) con muchas esperanzas. Hacía una semana que comenzó a trabajar en una casa de familia. El trato fue que fuera cama adentro y ella aceptó porque necesitaba el trabajo.
Al principio todo era amabilidad, pero aquel día, su patrón le mostró su verdadera intención. J. Garcete (38) aprovechó que su esposa salía temprano rumbo a su trabajo y se acercó violentamente contra el cuerpo de su empleada. Ella logró zafarse y le reclamó su forma de actuar. El patrón se indignó por el reclamo y le ordenó que le sirviera el mate en su habitación.
La joven cumplió la orden recibida y le acercó su pedido. Al pasarle la guampa, el hombre la agarró del brazo y la tiró en la cama. La obligó a desvestirse y la sometió sexualmente. La doméstica intentó por todos lados defenderse de su agresor, gritando y resistiéndose, pero no pudo lograrlo.
La amenazó
El caso ocurrió en febrero de este año. La víctima fue amenaza con perder su trabajo, por lo que decidió callar porque no tenía adónde ir. A los pocos días, la misma agresión ocurrió y renunció. No explicó a su patrona las verdaderas razones solo se limitó a decirle: “Tu marido no me respeta”. Agarró sus bolsones y volvió con la mirada triste a su casa. Su hermana, al verla así, indagó sobre lo que ocurrió. S. terminó contándole lo sucedido y se animó a presentar la denuncia correspondiente.
La fiscala Cinthia Leiva, quien investiga el caso, acusó al hombre por coacción sexual y violación y logró que se eleve la causa a juicio oral.
Otros casos
Una joven de 24 años denunció al director de la Cooperativa Villa Morra, David Luraschi, por acoso sexual, en junio de este año. “No solo fue víctima de acoso, sino de manoseos”, dijo en su momento el abogado de la víctima. Otras 17 mujeres se animaron a denunciar al mismo sujeto.
En junio del año pasado una empleada doméstica de 18 años denunció a su patrón de 35 por amenazarla para tener relaciones sexuales, pero logró zafar. Luego, la misma joven fue denunciada por extorsión, ya que le pidió G. 3.000.000 para no formalizar la denuncia. La Fiscalía terminó procesando a ambos. El hecho ocurrió en San Lorenzo. // Extra