Foto. Dr. Daniel Vera Báez

Participando en  una reunión social escuché comentar a una persona lo siguiente:” Lo único que marca al político paraguayo es el Día D”. En otras palabras estaba diciendo que no importaba si la persona era idónea  para ocupar alguna función pública, si sus principios de vida aportarían para bien de la nación, si sus ejemplos se condicen con sus palabras. Lo que marcaría la verdadera diferencia para ocupar un cargo público, era el Día D Paraguayo.

 

 

Históricamente  se utiliza el término día D,  para referirse al 6 de junio de 1944 en la Segunda Guerra Mundial; día en el que comenzó a ejecutarse la denominada Operación Overlord. Dicha operación consistía en llevar a cabo un gran desembarco en las playas de Normandía,iniciando así la liberación de la Europa Occidental ocupada por la Alemania Nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

 

 

Hemos caído tan bajo como población que tan importante símbolo de la humanidad, donde miles de personas dieron sus vidas y cambiaron el destino de la guerra y del mundo, nosotros lo tomamos como un día de vender el destino de nuestra nación.

 

 

Se ha viralizado y así lo entiende  la gran mayoría de las personas, que el Día D en nuestro país, es el día de vender la conciencia en forma voluntaria por un poco de monedas. Desconociendo,  por la ignorancia, desesperanza y el hambre, que vendió lo más importante para su nación y su familia: su voto.

 

 

El Día D no debe ser asociado en nuestro país con Dinero, Desvío, Desinterés, Dolor, Duelo. El Día D para el Paraguay debe indicar: Destino, Desarrollo, Decisión, Dios. Si debemos vender nuestra conciencia, dejemos que la compren aquellos hombres que no necesitan pagar nada, porque apoyamos en forma voluntaria sus proyectos, porque sus actos de vida lo apoyan.

 

 

Tú Día D es el último examen de tu carrera antes de ser profesional, es tú último retoque antes de vivir en tu nueva casa, es tu compromiso antes de casarte, es tu último pagaré de deuda. Tu Día D siempre marcará una frontera entre la esclavitud y la libertad, entre el atraso o el progreso, entre la tristeza y la felicidad. Es un antes y un después en la vida de cada nación, pero apoyando siempre al pueblo para mejorar su nivel de vida.   Hasta nuestro Señor Jesucristo tiene marcado un Día D para venir a buscar a sus hijos, que marcará un antes y un después, entre la vida y la muerte.