Sami Jasim manejaba las finanzas del sangriento califato y llegó a ser el número dos de Abu Bakr al-Baghdadi. Fue arrestado en Turquía por los servicios secretos de Irak.
Los servicios secretos de Irak capturaron en Turquía a un dirigente del grupo yihadista Estado Islámico, Sami Jasim al Jaburi, buscado por Estados Unidos y considerado un importante responsable financiero de la organización, dijeron este lunes responsables iraquíes.
Sami Jasim al Jaburi fue capturado en una operación de los servicios secretos “en el exterior de las fronteras” iraquíes, tuiteó el primer ministro de Irak, Mustafá al Kazimi. El premier lo describió como “una de las más difíciles” operaciones transfronterizas de inteligencia jamás realizadas por las fuerzas iraquíes.
Por el momento Turquía no reaccionó ante esa información. Estados Unidos ofrecía una recompensa de cinco millones de dólares (4,3 millones de euros) por cualquier información sobre ese responsable, que desempeñó “un papel fundamental en la gestión de las finanzas” del ISIS, según el Departamento de Estado norteamericano.
Su captura coincide con las elecciones legislativas anticipadas del domingo, “cuando los héroes de las fuerzas de seguridad protegían las elecciones”, agregó sin precisar el lugar de la captura.
Sin embargo, un alto responsable militar iraquí dijo a la AFP que había sido capturado en Turquía, sin dar más detalles del lugar y de las circunstancias de la operación.
Según las autoridades estadounidenses, Jaburi habría tenido un cargo “equivalente” al de “ministro de Finanzas” dentro de ISIS, “supervisando las operaciones del grupo generadoras de ingresos, procedentes de las ventas ilegales de petróleo, gas, antigüedades y minerales”.
En septiembre de 2015, el Departamento del Tesoro estadounidense incluyó a Jaburi en su lista de “terroristas” que podían ser blanco de sanciones.
Jasim trabajó con el líder de Al Qaeda en Irak Abu Musab al-Zarqawi, al que más tarde mataron fuerzas estadounidenses en Irak en 2016. Ocupó varios puestos de seguridad en Irak y se trasladó a Siria en 2015 después de que ISIS, una escisión de Al Qaeda, declarase un califato en 2014 y se apoderase de un tercio del territorio iraquí en una ofensiva relámpago. Se convirtió en el número dos de Abu Bakr al-Baghdadi, líder del grupo extremista.
El gobierno iraquí declaró la victoria frente a los yihadistas a finales de 2017, gracias a una campaña militar apoyada por una coalición liderada por Estados Unidos. El Estado Islámico fue derrotado en Siria en 2019, año en el que Al-Baghdadi murió en una redada dirigida por Estados Unidos en el noroeste de Siria.
Actualmente el Estado Islámico “mantiene una presencia clandestina en Irak y Siria y desarrolla operaciones armadas de un lado y otro de la frontera de ambos países”, según un informe de la ONU publicado en 2021.
En esos dos países tendría unos “10.000 combatientes activos”, indicó el informe.
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