Un millón y medio de estudiantes vuelven a escuelas públicas. Sindicatos dicen que inicio es parcial por la infraestructura y el dengue. Kits no traen borradores ni lápices y sacapuntas son de plástico.
Los datos de gremios docentes son contundentes. Ocho de cada 10 instituciones educativas de gestión pública no están en condiciones de arrancar el año lectivo marcado para hoy. Entre los motivos principales figura la pésima infraestructura, el riesgo de derrumbe y obras que nunca terminan y que representan incluso un peligro a la integridad de los alumnos.
El Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) sale al paso, señalando que son solo 158 las escuelas en malas condiciones.
Precisamente, por trabajos inconclusos de refacción y de construcción en la escuela básica Adela Speratti de la avenida España, las clases no comienzan hoy sino recién la semana entrante.
“A esto nos referíamos desde la Organización de Trabajadores de la Educación (OTEP-Auténtica), cuando hablábamos de un inicio parcial de las clases este año”, agrega Gabriel Espínola, secretario general del sindicato.
El gremio indica que el 80% de los centros escolares en todo el país –unos 8.000– no están adecuados para recibir a los estudiantes de manera digna.
“Nosotros queríamos por lo menos un espacio para ocho aulas que necesitamos para empezar el año con los chicos, pero la obra sigue sin terminar, prácticamente, en todas las vacaciones de verano estuvo muy lento esto”, manifiesta Laura Galeano, directora de la escuela Adela Speratti.
Por este motivo, unos 200 niños volverán a clases recién el próximo jueves 27 de febrero.
El parque infantil fue casi destruido por la empresa contratada (RM Ingeniería), que utilizó este espacio como depósito de escombros. Representantes de la firma aseguran que repondrán el espacio de expansión, asegura la directora.
Casos similares. Otro caso de obras inconclusas, pero donde sí abren sus puertas desde hoy a los alumnos es el de la escuela República Oriental del Uruguay, en el barrio Trinidad. Como una zona de guerra se observa el patio del jardín, debido a la cantidad de maderas, barandas, restos de cemento y otros materiales de construcción que dejó la empresa Caldetec SRL.
Útiles escolares. Los kits escolares llegaron, pero incompletos. Además del faltante de borradores, no se incluyeron lápices de colores. Lo que es más grave es que los sacapuntas, adjudicados a la empresa Álamo SA no son de metal, según denuncias de las familias. Son de plástico, a pesar de que el contrato que figura en Contrataciones Públicas habla claramente de que tienen que ser de metal. Los sacapuntas le costaron al MEC G. 794.537.231. Los paquetes de útiles tampoco tienen lápices de colores para el primer ciclo. En una escuela pública indicaron igualmente que de 10 cuadernos de doble raya, solo llegaron 8, mientras que los otros 2 son cuadriculados.
La llegada “a tiempo, antes del inicio de clases” fue una de las últimas promesas del ministro de Educación, Eduardo Petta, y su administración. Por su criticada gestión al frente del MEC, gremios de educadores y estudiantes exigen su salida, vía renuncia o destitución.
El presidente Mario Abdo y su entorno calificaron de maravilloso su trabajo al frente de la cartera en los últimos días.
La Unión Nacional de Centros de Estudiantes (Unepy), criticó que el MEC apunte contra tomas de colegios.// Ultima Hora