Ante el aumento de las actividades de carácter ilícito que atentan contra la permanencia de la reserva San Rafael, conocida como “Tekoha Guasu”, organizaciones ambientales piden ayuda de todos para terminar con la tala indiscriminada en la zona, y lograr preservar este lugar tan importante.
“¡Estamos perdiendo San Rafael! ¡Necesitamos tu apoyo!”, expresaron en un comunicado, en el que además hablan de que las tierras pertenecen al pueblo mbya guaraní que reclama su territorio ancestral.
“Es un tema muy preocupante dada la tala indiscriminada para hacer tablas, las fábricas de carbón, y los cultivos ilegales de marihuana, ahora se suman más de una docena de invasiones campesinas reclamando lo imposible: asignar tierras del área de reserva para la reforma agraria”, manifestaron muy preocupados.
Dan a conocer sobre nuevas invasiones campesinas que se distribuyeron en las zonas: al sur de la propiedad de Shindoi; propiedades de Martines Yegros y Guyra Paraguay (Kanguery); Santa Inés – Agroganadera Don Felipe, gran invasión en propiedad de Hrisuk, invasión y desmonte casi total de ex Sudameris; invasión y casi desmonte total de propiedad Pai Paredes y San Miguelito.
También incluyen en la lista a la zona de Taguató, límite con la reserva de Kaa’guy Porã, propiedad de Alianza, zona de Toro Blanco, y nueva invasión en propiedad de Nueva Gambach.
Reforma agraria
“La asignación de tierras a la reforma agraria es un tema importantísimo, y serio, que requiere de una adecuada planificación”, refiere el documento. Explica que si se asignan los últimos bosques para la reforma se estará yendo en dirección contraria y opuesta a lo que es el ansiado desarrollo sostenible.
“Debemos apuntar a todo lo contrario, asignar tierras habilitadas y disponibles para una reforma integral y verdadera, sin hipotecar y dejar sin bosques a nuestro país. El verdadero desarrollo sostenible se construye uniendo estos núcleos importantes de bosques, a través de sistemas agrosilvo pastoriles, y no al revés, destruyéndolos”, aclaran.
Sobre San Rafael
Cabe destacar que el área de San Rafael-Tekoha Guasu es el tekoha del pueblo ancestral mbya guaraní quienes tienen derechos asumidos. “Es un sitio de extraordinaria biodiversidad que en el último año sufrió el ataque despiadado de incendios provocados en más del 70% de su área. Sin embargo, a través de hechos y documentaciones se demostró su gran capacidad de regeneración, y su todavía importancia biológica y cultural”, indican.
Recuerdan que es el deber y obligación de todo el país conservar y restaurar dicha área, que representan los últimos bosques del Bosque Atlántico del Alto Paraná en Paraguay y zona de confluencia de importantes ecosistemas naturales.
Promesas políticas
“Por dicho motivo, en este año donde se observan que estas invasiones campesinas se deben a promesas políticas que carecen de sustento, porque no conducirá a un desarrollo sino a más pobreza, llamamos a las autoridades a intervenir el área. No podemos tolerar más destrucción”, apuntan.
Instan a las autoridades a realizar una intervención de las fuerzas del orden público y del Ministerio Público, así como el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades). “Necesitamos que el Infona prohíba la extracción de madera y carbón en la zona. No se puede seguir avalando tanta injusticia y tantos hechos ilícitos que arriesgan la vida de nuestros guardaparques y activistas sociales indígenas y conservacionistas en un área de tanta importancia”, concluyen.
Este pedido de ayuda y auxilio a favor de la reserva fue firmado por la Asociación para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS), Asociación Pro-Cordillera San Rafael en Paraguay (Procosara), Asociación de Ingenieros Ambientales de la UNA (Aiauna), Alter Vida, Con Paraguay, Defensores Del Chaco – Pypore, Fundación Moisés Bertoni, Greentour y Guyra Paraguay.
La lista de firmantes sigue con: La Compostera SA, Organización Mundial de Conservación (WWF), Organización Paraguaya de Conservación y Desarrollo Sustentable (Opades), Paraguay Orgánico, Red Paraguaya de Conservación en Tierras Privadas, Sociedad de estudios Rurales y Cultura popular – SER y Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza – UICN.
//La Nación