La falta de agua es un nuevo parámetro de crisis que se debe incluir antes de definir una nueva tarifa Itaipú para enero del 2022. La falta de lluvias impide cubrir la energía garantizada y estimar la producción total. El tiempo límite, pero arriesgado, es diciembre.
Este mes se conforma la Comisión que estudia el costo del servicio de electricidad, el cual se ocupará de buscar mantener la tarifa de Itaipú para el próximo año. Sin embargo, tropieza con un nuevo problema que dilata esa definición: el factor climático, pues debido a la falta de lluvias y la bajísima producción, no se alcanza a cubrir la energía garantizada.
“Históricamente estamos con una producción bajísima, todavía no se sabe cuánto va a ser la producción total, este es un nuevo parámetro de crisis, todo eso se tiene que estudiar antes de definir una nueva tarifa”, explicó a radio Uno el asesor de Itaipú, Sasha Evreinoff en comunicación con radio UNO.
Explicó que todavía quedan unos meses y que hay esperanzas de que llueva, para alcanzar la energía mínima garantizada y cumplir así los compromisos financieros. Si bien no es el único condicionante, sí constituye un factor de mucho peso.
El agua (dependiente de lluvias suficientes), el funcionamiento óptimo de las maquinarias y el cliente final (el que exige el uso de máquinas porque él usará la electricidad) son los factores para la producción óptima.
Teóricamente, septiembre es un mes de lluvias en Brasil, aspecto que favorece a la hidroeléctrica, pues permitirá volver a alcanzar la cobertura de producción.
La nueva tarifa debe comenzar a regir en enero del 2021 y el tiempo límite para la definición es en diciembre de este año. El objetivo del lado paraguayo es mantener la tarifa, según confirmó el asesor Evreinoff, quien detalló que se tienen en cuenta cuestiones como: factores técnicos, climáticos y financieros (la deuda principalmente).
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