En las redes sociales se hizo viral la historia de Leonardo Bermúdez, de 40 años, quien luego de años de lucha y perseverancia logró su tan anhelado sueño de ser contador público y ahora inspira a otras personas a ir en busca de los sueños y anhelos que tenga su corazón.

Su pasión por los números nació desde pequeño. Siempre tuvo presente convertirse en un gran contador, pero nunca se le pasó por la cabeza que le tomaría 20 años llegar a la meta.

Al terminar la secundaria, fue directo tras sus sueños, de la mano de su, en aquel entonces, futura esposa María, que compartía el mismo sueño: ser contadores.

Iniciaron el proceso en el año 2000, pero en 2001 llegó la crisis, por lo que dejaron los estudios y empezaron a buscar empleo, que por suerte encontraron.

Leonardo lleva 18 años trabajando como barrendero en la provincia de Salta, en Argentina, y en paralelo retomó la universidad antes de la pandemia.

“El 2001 fue una época muy difícil, y no se justificaba ni estaba bien visto que un chico de 19 años se dedicara al estudio sin generar ingresos, y aunque no quería abandonar (los estudios) porque sentía que era mi objetivo, no tenía otra cosa en mente. Pero no cumplía con los tiempos que soñaba y después encontré el trabajo que tengo actualmente en el barrido de calles en la ciudad de Salta, que me permitió tener un sustento y horas para dedicarme a la carrera”, manifestó en una entrevista para el medio argentino Infobae.

La nota destaca que, luego de ser padre, se enfocó aún más en la ansiada meta y en la actualidad son una familia formada de contadores.

Su esposa, con la que lleva 22 años de amor, se recibió en el año 2015, poco después de tener a su pequeña hija y ahora, él es un flamante graduado, obteniendo un 10 como nota de defensa de tesis.

“Sé que arrancar de nuevo a los 40 no es fácil, pero no voy a bajar los brazos”, expresó en su diálogo con Infobae.

Recordó que venía de una familia de nueve hermanos, donde la prioridad era trabajar.

Determinación y fuerza de voluntad
Leandro Bermúdez
define que la fórmula que lo llevó a hoy ser un contador y tener su título profesional son la determinación, la intensidad y la fuerza de voluntad.

Resaltó que la energía renovadora se la dio su hija, ya que quería inculcarle un aprendizaje desde el ejemplo de fuerza y perseverancia.

“Fue muy importante para mí que ella (su hija) me vea hacer este esfuerzo, y más a mi edad, demostrarle día a día trabajando, metido en los libros, que se puede conseguir. Creo que se le grabó todo eso por la dedicación que hoy veo en ella en su escuela, que es muy responsable con sus tareas”, señaló.

“Mi trabajo demanda mucho esfuerzo físico, y es un servicio que no se puede dejar de prestar, porque tiene que ver con la salud de la población y el manejo de los residuos, así que al comienzo no encontraba la manera de organizarme”, agregó, a la par de recordar que tenía pocas horas para estar con su familia y que priorizó el tiempo de estudio en vez de cumpleaños y celebraciones.

A pesar de los estigmas sociales que tuvo que enfrentar por el trabajo que desempeñaba, las descalificaciones y desaprobaciones que recibía de la gente, no bajó los brazos y su mayor fortaleza es y seguirá siendo su familia.

“En la calle hay de todo, pero uno se va quedando con las buenas personas. Elige a los que le hacen bien, aprende a valorar todas las profesiones y en algún momento me han tratado de manera despectiva, pero lo supe manejar con el tiempo, porque también tengo unos compañeros muy buenos. Cada uno se esfuerza con sus emprendimientos y sus metas”, recordó.

Como todo esfuerzo tiene su recompensa, poco después de recibirse de contador, la Cámara de Diputados de la provincia de Salta, Argentina, le hizo entrega de un reconocimiento por su esfuerzo, perseverancia, y por ser ejemplo de orgullo salteño.

“Honramos los sueños, la perseverancia y el esfuerzo de un salteño que mientras barría calles se recibió de contador público nacional con un impresionante promedio de 10″, expresó el diputado Adrián Valenzuela cuando le hicieron entrega de un reconocimiento.

Por su parte, el salteño manifestó que se encontraba sumamente agradecido porque al darse a conocer su historia y la de su familia, otras familias también se motiven y sigan sus sueños.

“Yo soy de los que piensa que todos tenemos que hacer el esfuerzo de estudiar, sin importar cuál sea la condición social o económica, porque el esfuerzo para tener un título es igual para todos, son las condiciones o el contexto lo que son diferentes en cada persona”, acotó.

Entre sus nuevos proyectos está seguir capacitándose y ejercer la docencia, porque le gustaría aportar algo más a la comunidad, así como se lo aportó a él la universidad pública.

A pesar de recibir varios “no” al buscar trabajos, debido a que las empresas requerían personas menores de 30 años y con cinco años de experiencia, asegura que no bajará los brazos hasta poder ejercer su más grande pasión.

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