El general retirado Jorge Luis Vargas, ex director de la Policía de Colombia, aseguró este lunes que Francisco Luis Correa Galeano, asesinado días atrás en una cárcel en su país, “era un eslabón fundamental para esclarecer” el asesinato del fiscal antidrogas Marcelo Pecci, ocurrido el 10 de mayo del 2022 en las playas de Barú.
El general retirado Jorge Luis Vargas, ex director de la Policía de Colombia, manifestó a través de NPY y Radio Monumental 1080 AM que el asesinato de Francisco Luis Correa Galeano, cerebro del crimen del fiscal antidrogas Marcelo Pecci, les “causa una indignación”.
“En un crimen internacional tiene que haber una red compleja de tráfico internacional de sustancias, de crimen organizado transnacional, muy seguramente del narcotráfico, así lo evidencia con las personas localizadas en Medellín. (Francisco Correa) era un eslabón fundamental para esclarecer a fondo el origen inicial de esa orden para asesinar a Marcelo Pecci”, expresó.
En los primeros días de investigación, no tuvieron elementos materiales probatorios ni evidencias técnicas de comunicación de Colombia hacia el exterior.
Vargas refirió que las primeras comunicaciones fueron entre los autores materiales y Correa Galeano, sin embargo, comentó que “debería ser una articulación criminal internacional más grande”, por lo que no tiene dudas de que es un “complot que va más allá de Colombia”.
“Tengo 40 años como policía y no tengo la menor duda en la forma en que fue hecho, en la cantidad de dinero, en el tiempo, modo, lugar, sabían de las redes sociales de Marcelo, esto tiene que ser un crimen que va mucho más allá de Colombia”, expresó.
El agente retirado aseguró que tiene que haber conexiones internacionales y que no tiene la menor duda de eso.
Correa recibió alrededor de USD 320.000 y armó su equipo para el asesinato
El ex director de Policía recordó que en mayo del 2022 lograron establecer la “parte material del homicidio” y llegaron a la conclusión de que con los autores materiales, entre Cartagena y Medellín, Francisco Luis Correa Galeano “fue el articulador” entre los financiadores narcotraficantes en Colombia con los autores materiales del hecho.
Dijo que el hombre recibió alrededor de USD 320.000 y consiguió a las personas que formaron parte del asesinato. Dividió el grupo entre la ciudad de Cartagena para los seguimientos al fiscal paraguayo y el alojamiento en el hotel El Camerón en Isla Barú.
Luego, entre el 6 y 7 de mayo, mantuvieron comunicación en tiempo real en Medellín, Cartagena e Isla Barú para saber el sitio en donde se iba encontrar el fiscal.
“Está plenamente demostrado que esta persona (Francisco Correa) definitivamente conocía más la organización del cómo, el porqué y quién había coordinado y pagado internacionalmente el homicidio de Marcelo Pecci”, aseguró.
La pista principal para ubicar a Francisco Correa
Vargas comentó que, al llegar a Isla Barú, lo primero que hizo fue conseguir a través de la Fiscalía, con la central de telefonía, todas las celdas de las llamadas que surgieron en ese preciso momento y minutos antes del asesinato.
Fue así que lograron identificar un flujo de llamadas, “que no fue mucho”, y localizaron una celda. Manifestó que donde estaba el fiscal era un hotel “muy lindo”, que estaba en “una isla muy preciosa, pero no había muchas llamadas”.
“Encontramos una llamada entre la ciudad amurallada Isla Barú con playa Blanca, y nos dieron los primeros indicios de posibles números sospechosos. Logramos identificar a las 24 horas el movimiento de cinco números telefónicos, y sobre esos, ubicaciones exactas y hacer un procedimiento con cámaras en los lugares entre playa Blanca, que queda a siete u ocho minutos en lancha del hotel, en donde fue cometido el homicidio, en las cámaras del hotel, con cámaras de Cartagena y en un sitio que se llama Boca Grande”, agregó.
Una vez que individualizaron los celulares con llamadas hacia Medellín, lograron ubicar a Francisco Correa. Había llamadas en Cartagena desde su número, en los siguientes cuatro días, con los hermanos Ramón y Andrés Pérez Hoyos, y lograron determinar una red de comunicaciones que se partía en dos: Los autores materiales del seguimiento al fiscal, por un lado, y a su esposa y a los financiadores por otro.
Luego, determinaron que los celulares “se estaban moviendo hacia Medellín”; de inmediato, dejaron un equipo de Criminalística trabajando en Cartagena y otro se desplazó a Medellín, donde de siete a ocho días ya se tenían imágenes e identificaciones plenas de los sospechosos.
Dijo que en playa Blanca, sitio donde se alquiló el jet ski que usó el sicario para movilizarse, encontraron parte de la ropa que tiraron para el homicidio.
Vargas lamentó que Pecci no haya tomado contacto con ninguna autoridad judicial ni policial para que le puedan brindar protección en Colombia durante su luna de miel con su esposa.
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