Una mujer obró como una verdadera samaritana y, a cambio, fue robada por su malagradecido comensal en el barrio Potrero Cue de Coronel Oviedo. El jueves pasado, al mediodía, doña Martina López viuda de Martínez, 75 años, recibió a un hombre de unos 40 años, quien entró a su casa en el momento en que caía una torrencial lluvia.
La buena mujer le dispuso un sillón bajo el techo, le pasó una toalla para que se secara y, como era el mediodía, incluso le sirvió un plato de comida caliente. Luego de que ambos terminaran de almorzar, la dueña de casa cerró la puerta de su casa para ir a hacer la siesta en su habitación y su visita se quedó en el corredor para esperar que pasara la lluvia y luego marcharse.
Sin embargo, ni bien se dio cuenta que su generosa anfitriona se fue a dormir, el hombre tomó el sillón al hombro y salió de la casa sin importarle que siguiera lloviendo copiosamente. Doña Martina se levantó más tarde y vio que su huésped ya no estaba y que tampoco estaba su sillón.
“Tenía cuatro sillones de cable, ahora solo me quedan tres”, refirió con pena la afectada, que vive sola con su perrito, en comunicación con La Nación/Nación Media. Agregó que tiene esos asientos desde hace más de 20 años y que a más de su utilidad ya tienen un valor sentimental para ella.
A la media tarde se fue a buscar comidas para su gallina en un negocio donde comentó lo que le había sucedido y el dueño del local le dijo que el hombre llegó a ofrecerle el sillón por 25.000 guaraníes. La mujer, que desde hace un tiempo anda enferma, señaló que ahora se siente más lastimada, más enferma, porque le duele lo que le ha hecho el malagradecido visitante.
Indicó que algunos vecinos llamaron al 911 y que agentes policiales vinieron a su casa a tomar datos de lo ocurrido. Puntualizó que le conoce de vista al ratero porque precisamente se dedica a reparar sillones de cable y que ella le había dado trabajo en más de una oportunidad. “Creo que es de la Fracción Los Mangales (también conocido como Barrio Chino), y espero que la policía lo busque y me pueda recuperar el sillón”, expresó doña Martina.
//Omar Jara