La provincia de Henan, en el centro de China, ha tomado la drástica medida de poner a uno de sus condados en total aislamiento tras detectar tres infecciones en hospital local el domingo, mientras las autoridades nacionales tratan de evitar una segunda ola de coronavirus en medio de un esfuerzo para revivir la economía.
Medidas similares al toque de queda entraron en vigor el martes en el condado de Jia, que se encuentra cerca de la ciudad de Pingdingshan y tiene aproximadamente 600.000 habitantes.
Los residentes de la zona fueron llamados a permanecer en sus casas y todo movimiento fuera del hogar requiere una aprobación.
Todos los negocios han sido cerrados, excepto los que representan servicios públicos, los proveedores médicos, las empresas de logística y las empresas de procesamiento de alimentos.
Además, las personas que tienen permisos especiales deben ir a trabajar con barbijos y tras medir su temperatura. Y los autos sólo pueden ser utilizados en días alternos, dependiendo de su número de matrícula.
Los líderes del gobierno chino están ansiosos por reiniciar la economía, pero han remarcado que las maniobras para reanudar la producción deben ser equilibradas con las medidas de precaución para evitar otra ola de contagios.
Un funcionario de la oficina de transporte de Jia confirmó que el condado había sido puesto en aislamiento. “Es mejor no venir a Jia ahora. Nadie puede entrar o salir”, explicó al diario South China Morning Post.
Una residente contactado por el periódico regional dijo que las autoridades instaron a la población a abastecerse de verduras y productos de primera necesidad para soportar el aislamiento, y reveló que cada familia puede asignar a uno de sus integrantes para salir a comprar comida una vez cada dos días.
“Estoy preocupada porque pasó muy cerca. El hospital está a sólo 2 km de mi casa. No tenía ni idea de que había casos confirmados de infección”, dijo Wang Xiao, de 23 años, al South China Morning Post en alusión a los informes de que el condado confirmó tres casos de infección el domingo. Según los reportes, el sábado dio positivo un doctor de apellido Liu que trabajaba en el hospital del condado, había regresado desde Wuhan en enero y volvió a trabajar después de completar dos semanas de auto-aislamiento.
Liu aparentemente transmitió el virus a dos colegas del hospital y a un antiguo compañero de clases: todos dieron positivo el domingo.
Desconfianza en el gobierno
Tras dos meses de confinamiento, la provincia de Hubei, donde surgió la pandemia, comenzó a reabrir sus puertas la semana pasada para que se reactive la economía. De Wuhan, su capital, no se permitirá salir antes del 8 de abril.
En Wuhan la cifra de muertos por el coronavirus es, oficialmente, de 2.553 personas, aunque algunos medios locales y redes sociales apuntan a que la mortalidad durante la cuarentena ha sido mucho mayor a tenor de la incesante actividad de los crematorios.
En la funeraria Wuhan Hankou del distrito de Huangpi, en el norte de la ciudad, automóviles adornados con lazos blancos entran y salen constantemente para recoger las cenizas de los difuntos y llevarlas de vuelta a casa.
También hay flores depositadas en la carretera en homenaje a los que perecieron durante la llamada “guerra del pueblo” contra el coronavirus, según la calificó el presidente chino, Xi Jinping, y que hasta el momento ha dejado en Wuhan 2.553 víctimas mortales.
Según el medio privado chino Caixin, las funerarias llevan desde esta semana entregando 500 urnas de difuntos para sus familias cada día, con lo que el número de fallecidos sería mucho mayor que lo que dicen las estadísticas del Gobierno.
Fuente; Infobae