El tradicional asado de fin de año volvió al centro del debate. Mientras el presidente del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), José Carlos Martin, garantiza que no faltará costilla en las fiestas, el titular de la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu), Gustavo Lezcano, advierte que los frigoríficos podrían estar “abriendo el paraguas” ante una eventual suba de precios.
Según datos del Senacsa, entre noviembre y diciembre se prevé una producción de 14.500 toneladas de costilla, lo que representa 8.000 toneladas más que el año pasado. En términos más gráficos, se producirán unas 800.000 planchas de costilla, además de 350.000 planchas importadas, principalmente desde Brasil. “Todo indica que la oferta será suficiente. Paraguay es un país agroganadero, no puede faltarle carne a su propia gente”, sostuvo Martin, quien destacó que la importación cumple un papel clave para aliviar la presión sobre el mercado interno.
Martin aseguró que la faena anual alcanzará entre 2,22 y 2,25 millones de cabezas de ganado, superando el nivel de 2024, con un repunte esperado en las próximas semanas. “A partir de la segunda semana de noviembre vamos a tener niveles de faena superiores al año pasado. Ojalá ganemos todos: los consumidores, los frigoríficos y los ganaderos”, afirmó el presidente del Senacsa.
suba de precios. Sin embargo, el optimismo oficial contrasta con la preocupación del sector supermercadista.
Lezcano señaló que, aunque no descartan faltantes, temen un incremento de precios del 10% al 15%, especialmente en la costilla y el vacío, los cortes más demandados para las fiestas.
“Nunca faltó costilla, pero sí suele encarecerse. Lo que nos preocupa es que este año ya se hable de escasez con tanta anticipación. Es como si estuvieran justificando una suba”, cuestionó el titular de Capasu.
El gremio supermercadista analiza recurrir a la importación como alternativa, aunque advierte que los tiempos son ajustados.
“Estamos contra reloj, porque se necesitan permisos del Senacsa. Aun así, buscamos garantizar el abastecimiento”, explicó Lezcano, quien pidió a los frigoríficos y ganaderos priorizar el mercado interno.
“Pedimos que no envíen toda la carne afuera. Tiene que haber equilibrio para que los consumidores locales también accedan a un producto accesible”, insistió.
Mientras el Senacsa transmite calma y resalta las cifras de producción, desde Capasu el mensaje es más cauteloso: el consumo interno se mantiene firme, pero la presión exportadora y la especulación de los frigoríficos podrían reflejarse en altos precios para los consumidores locales.
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