La alimentación debe ser un goce, no un padecimiento lleno de restricciones e imposiciones. Comer de forma saludable y a la vez disfrutar también es posible, incluso en las fiestas de fin de año. Vea cómo incluir las delicias navideñas en su menú, sin caer en los excesos.

Para personas sin enfermedades, no hay impedimentos para consumir libremente un riquísimo pan chip o el irresistible pan dulce, (una rebanada de 50 gramos representa la porción ideal), que se puede acompañar con el desayuno o la merienda.

“Se debe cuidar el momento, no es conveniente consumir pan dulce como postre por ejemplo. En cuanto a la sidra, lógicamente la cantidad necesaria para el momento del brindis y el pan chip en la porción adecuada para acompañar las riquísimas carnes frías”, comentó Danei.

El hambre prácticamente queda en el olvido si se realizan las cinco comidas del día (desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena), pues esta cantidad garantiza un gran porcentaje de saciedad durante el día y ayuda a evitar los excesos.

OPCIÓN PARA LA NOCHEVIEJA

Un menú para la cena de la Nochevieja podría ser: un plato de entrada que podría contener verduras frescas o cocidas al vapor, acompañadas de frutos secos y aliñadas con aceite de oliva. Como plato de fondo cualquier tipo de carne como el pavo, con arroz o papas pequeñas al horno.

“Las pautas saludables de alimentación implementadas durante todo el año deben mantenerse en las fiestas, solo es cuestión de realizar adaptaciones a los platos tradicionales para disfrutar los momentos y alimentos sin temor a la primera balanza del año nuevo”, recomendó el profesional.

RECALENTAR LO QUE SOBRÓ

Continuar consumiendo lo que sobró de la cena de la nochevieja es una tradición. No obstante, el licenciado Danei advirtió que el tiempo máximo para que la cena de fin de año pueda conservarse en buen estado es de solo un día. Se debe tener mayor cautela con las comidas que contienen aderezos como mayonesa, salsa golf, etc.

ALIMENTACIÓN FRESCA EN TIEMPOS DE MUCHO CALOR

Las frutas y verduras poseen entre un 80 y 90 % de agua, por lo que son ideales para una alimentación refrescante. Se recomienda incluir cinco porciones de frutas al día: con el desayuno, la media mañana y la merienda.

Para el almuerzo y la cena quedan las ricas ensaladas de verduras, es más, deben ocupar el 50 % de cada plato para conseguir una alimentación balanceada. Es muy importante beber abundante agua y no esperar a sentir sed, pues esto ya es un signo de alarma del organismo.

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