«Lo que un día fue maravilloso ahora solo queda en el recuerdo», escribió en uno de sus estados de Facebook Leo Olmedo, impotente ante la situación que hizo añicos sus sueños de toda la vida, con la joyería que no solo llevaba su nombre, sino que concentraba todos sus esfuerzos e ilusiones.

El trabajador esteño fue uno de los afectados por los vandalismos protagonizados por supuestos manifestantes en Ciudad del Este, la noche del miércoles, y su esposa Ada Guillén dedicó un extenso mensaje a lo que hasta ese día fue el sustento de su familia y el de sus empleados.

«Comenzamos casi sin nada con vitrinas casi vacías, pero comenzamos a emprender y de a poco fuimos creciendo y así siempre de la mano de Dios pudimos seguir hasta hoy 23 años. No fue fácil pero es lo más bello y satisfactorio trabajar por lo que uno quiere e ir creciendo de a poco», empezó escribiendo Ada.

Afirmó que los ladrones no saben que «no solo les robaron las joyas, los relojes», sino que también «robaron nuestros sueños y nuestra realidad», aseveró. «No les odio, les entrego a Dios para que toque sus corazones y nunca más hagan esto con su prójimo. Ahora somos obligados a cerrar porque anoche (por el miércoles) irrumpieron y destrozaron todo, no solamente nos robaron pero también rompieron todo lo que encontraron», relató.

Las vitrinas quedaron vacías. «Hoy ya no hay joyas, no hay vitrinas, no hay nada, solo lágrimas de dolor e impotencia. Hoy digo adiós a mi sueño hecho realidad por 23 años. Solo me queda agradecerte Joyeria Leo, gracias a ti mis hijos se vistieron, estudiaron, tuvieron comida y techo. Con dolor en el alma hoy obligados te decimos adiós», concluyó.

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