El escenario político de los partidos de la izquierda se complica para las elecciones municipa­les del 2020 ante el debilita­miento que se dio con los últi­mos hechos de corrupción en la Municipalidad de Asunción durante el gobierno de Mario Ferreiro, donde se detectó un sospechoso grupo de “asados de fin de semana” que recau­daba de manera paralela.

Este caso que involucró a Ferreiro y su entorno es en realidad el corolario de otros hechos lamentables que tuvieron como protagonis­tas a otros “camaradas” de Ferreiro desde que el socia­lismo llegó al poder en el 2008 con Fernando Lugo a la cabeza. En este intríngu­lis de hechos de corrupción en apenas 10 años como ser­vidores públicos, el PLRA también fue cómplice. Basta con recordar los saqueos en el MOPC y la “ruta de la mentira” y lo que ocurrió con Enrique García, del equipo de Mario Ferreiro, cuando era asesor jurídico en la Municipalidad de Asunción.

Para el político e historiador Eduardo Nakayama “fue un golpe duro para la izquierda porque por una parte dejó en evidencia que la corrupción no tiene color ni ideología”. Al lan­zarse como la opción de cam­bio y esperanza para la ciudad, las expectativas eran altas, pero fueron perdiendo fuerza.

Otro de los hechos de corrup­ción que también marcó a la izquierda fue la compra de helicópteros de Rafael Filiz­zola, ex ministro del Interior durante el gobierno de Fer­nando Lugo. La Fiscalía lo acusó por lesión de confianza

con un daño al Estado de G. 47.890.000.000.

En 1991, el primer intendente electo democráticamente en Asunción fue Carlos Filiz­zola (actual senador), diri­gente social reconocido en la lucha contra el gobierno de Alfredo Stroessner. Con él se dio la apertura de lo que sería una tercera fuerza política que vencía a nucleaciones hegemó­nicas como la ANR y el PLRA. Fue uno de los primeros líde­res carismáticos que lanzó el partido de izquierda.

El analista Guzmán Ibarra cree que “en un país domi­nado por el conservadurismo, la izquierda todavía puede y debiera aportar bastante más”. No obstante, en las pre­sidenciales del 2013, las fuer­zas políticas de izquierda se separaron, presentando dos candidatos con resultados negativos para ambos cuando Horacio Cartes salió victo­rioso. El Frente Guasu, en ese entonces, le dio la espalda a Ferreiro, lanzando a Aníbal Carrillo como candidato a presidente.

No obstante, en las municipa­les del 2015, la fórmula polí­tica encabezada por Mario Ferreiro logró –gracias a su popularidad– ganar las elec­ciones y sacar al Partido Colo­rado de la Municipalidad de Asunción. En ese entonces se presentaron por separado nuevamente, ya que el Frente Guasu apoyó al arquitecto Ricardo Meyer y el P-MAS y el Partido Revolucionario Febre­rista optaron por Ferreiro.

Ahora, en una buena lectura de lo que está ocurriendo, el Frente Guasu ya abrió el para­guas y tomó distancia del conflicto de Ferreiro con el P-MAS, marcando sus líneas con miras a las elecciones de este año en un intento por despegarse. Sabe que el caso Ferreiro, por la pobre ima­gen que deja para los socia­listas, podría estirar el carro para atrás en las municipa­les. Mientras que el P-MAS se queda relegado de la situación con integrantes como Rocío Casco también involucrada en la corrupción en la municipa­lidad. Este “golpe bajo” obliga a los movimientos de corte socialista a buscar nuevas alianzas y/o concertaciones, como ya se están viendo con las inscripciones ante el TSJE para competir en noviembre.// La Nación