En todo el territorio nacional, se refleja un descenso gradual y bien marcado del número de contagios. Sin bien es importante, se debe persistir con los cuidados sanitarios para salir por completo de la zona roja, y también dejar ataras la zona naranja de transmisión comunitaria.
Según indicó el Dr. Guillermo Sequera, titular de la Dirección General de Vigilancia de la Salud, el mapa de Paraguay ya no se presenta en color rojo o nivel 4 de transmisión comunitaria muy alta, en el que sí llegó a estar prácticamente la mitad del país o más de 100 de sus distritos. Actualmente, solo 17 distritos están en zona roja, entre ellos Asunción.
En todos los departamentos hay disminución de casos COVID-19, sucede en Central, Asunción, Alto Paraná, Cordillera, Caaguazú, Guairá, Caazapá, Itapúa, Paraguarí, Misiones y Ñeembucú. También, en el norte de país, en San Pedro, Concepción, Amambay y Canindeyú.
Igualmente, se presentan descensos considerables y bastante estables en la región del Chaco. Hoy, la mitad del país se encuentra en nivel tres, color naranja, con alta transmisión comunitaria. Para poder salir de esta zona, es fundamental seguir con el uso de tapaboca, la distancia física, la ventilación de ambientes, el lavado de manos y evitar las aglomeraciones.
Muertes maternas por COVID-19
El Dr. Guillermo Sequera realizó hincapié en la mortalidad materna, expresó que, en lo que va del año, ya se registraron 81 muertes por COVID-19 en ese sector de la población. Esta cifra es elevada porque, en el histórico de los últimos tres años, la cantidad de muertes maternas en el año era entre 70 y 80 por todas las causas.
A esta altura del año, las muertes maternas, solamente por COVID-19, suman 81, y el total de defunciones por las otras causas, es de 118, un valor que se asemeja a valores de hace 20 a 30 años atrás en el país. Estos datos son un claro ejemplo de cómo el COVID-19 afecta a grandes indicadores de la salud.
El COVID-19 es un problema de mortalidad materna para todas las edades, pero principalmente para las embarazadas de 30 años para arriba.
En este contexto, es importante que la población habilitada, entre ellas, las embarazadas, reciba la dosis de anticovid, según vaya avanzando el Plan Nacional de Vacunación contra el COVID-19.