La Dirección Nacional de Defensa, Salud y Bienestar Animal exhumó este jueves los restos del perro Tomás, para ser sometido a una necropsia. La mascota fue quemada con agua caliente y decapitada en su vivienda en Fernando de la Mora.

La Dirección Nacional de Defensa, Salud y Bienestar Animal se constituyó este jueves en la ciudad de Fernando de la Mora en respuesta a una denuncia, sobre un caso de extrema crueldad animal.

La denuncia fue recibida sobre el caso de Tomás, el canino, macho de 9 años de edad, que fue encontrado decapitado en el patio de su hogar el 2 de julio pasado.

Se procedió a la exhumación del cuerpo del canino para la realización de la necropsia en la Facultad de Ciencias Veterinarias Universidad Nacional de Asunción (UNA).

El caso está a cargo del Ministerio Público, con el acompañamiento de la Dirección Nacional de Defensa, Salud y Bienestar animal.

Tomás era un perro mestizo, que padecía de leishmaniasis. Vivía en el barrio Kokue Guazú, zona sur de la ciudad de Fernando de la Mora, Departamento Central.

Este martes, sus dueños salieron de la casa a las 14:10 aproximadamente y regresaron dos horas después, encontrando una desgarradora escena: A Tomás le derramaron agua caliente y lo decapitaron.

Belén Ortiz, dueña de la mascota, manifestó a Última Hora que la persona que lo mató ingresó en la vivienda en el lapso de las dos horas que estuvieron ausentes.

La joven relató que hace dos semanas encontraron un gato muerto en el patio de su casa y sospechan que fue uno de sus perros el que lo mató, porque ya tiene antecedentes de un hecho similar en otra vivienda. Sin embargo, ninguna persona fue a reclamar al gato, por lo que decidieron enterrarlo en el patio.

“Lo primero que dijimos es que fue en venganza por lo del gatito, pero hay tantas señales que son muy raras, porque no hubo sangre, solamente salpicaduras y nada más. No hay derramamiento de sangre, le sacó la cabeza a machetazos al pobre perrito”, expresó.

Al ser consultada si sospecha de quién pudo haber acabado con la vida de su mascota, la joven dijo que no quiere dar nombres, pero está segura de que la persona vive muy cerca de su casa, porque tuvo tiempo para que el agua caliente le afecte, como pudieron ver.

“No vimos sangre derramada”, expresó
Manifestó que Tomás, como tenía leishmaniasis, siempre estaba acostado y era “muy bueno”. Aparte, no se movía mucho porque ya era “medio viejito” y con su enfermedad tenía ciertas limitaciones.

“La presa más fácil era él. No se le mató en otro lugar porque hay rastros de salpicadura en la casa, por las paredes, por el vidrio, que se hicieron en el lugar, pero no vimos sangre que se haya derramado, su cabeza estaba en el patio de atrás y su cuerpo estaba enfrente”, agregó.

Lastimosamente, la familia no cuenta con cámara de circuito cerrado, por lo que apelan a la colaboración de los vecinos para tratar de identificar al responsable del hecho y exigen que se haga justicia.

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