A más de tres años del crimen de Fernando Báez Sosa y tras pocos meses de la condena a los responsables, el Hospital de Villa Gesell, donde fue llevado el joven tras los golpes que lo dejaron sin vida, reveló un informe médico que fue adjuntado al expediente y que la defensa de los rugbistas pretende utilizar para insistir con anular el fallo.

El Hospital Municipal Arturo Illia de Villa Gessell, de Argentina —donde el joven Fernando Báez Sosa fue trasladado tras los brutales golpes que recibió de parte del grupo de rugbiers condenados en el caso— ingresó al expediente de la causa un informe con los resultados de los análisis practicados a la víctima tras el hecho, ocurrido en enero del 2020.

Según informaron medios argentinos, el reporte médico se dio a conocer este último lunes después de que el abogado defensor de los ocho condenados, Hugo Tomei, haya pedido que sea remitido a la Cámara de Casación de Dolores, aparentemente en busca de utilizarlo para apelar la sentencia de sus defendidos.

Se trata de un estudio de sangre, un electrocardiograma, una serie de tomografías computarizadas del cráneo, cuello, tórax, abdomen y pelvi, que revela principalmente el daño que tenía Báez en el cráneo y que terminó dejándolo sin vida.

El análisis es vinculante con el testimonio de Carolina Giribaldi Larrosa, la médica que había llegado con Fernando al hospital a bordo de la ambulancia y que declaró en el juicio contra los acusados.

La profesional de la salud había señalado que, cuando llegó frente a la discoteca Le Brique, Fernando Báez ya «no tenía movimiento respiratorio y no tenía pulso” y que durante el viaje se le siguió practicando RCP y se le puso oxígeno porque “no presentaba signos vitales”.

No obstante, para el abogado Tomei, los elementos del informe médico contradicen dicho testimonio, ya que tres de los cuatro registros de electrocardiogramas que se incluyeron en el informe —que son de las 5.27, 5.45 y 5.55 de aquella madrugada— señalan que aún había actividad cardíaca hasta que se constató el fallecimiento, a las 6:00.

Pese a que dicho horario coincide con lo que indicó el juez de Garantías David Mancinelli al elevar la causa a juicio, la defensa de los rugbistas pretende utilizar como argumento para insistir en anular el fallo, debido a que sostiene que en la sentencia se estableció que falleció más de una hora antes y que fue frente al local nocturno.

Según refieren los medios internacionales, fuentes relacionadas a la causa aseguran que el reporte no fue analizado en el juicio, pero que sí fue incorporado digitalmente al expediente el mismo día del inicio del debate.

El asesinato del joven
Fernando Báez, quien era hijo de paraguayos y residía en Argentina, fue asesinado a golpes por un grupo de ocho rugbistas durante la madrugada del 18 de enero del 2020 durante un viaje a la Villa Gesell, donde había ido para vacacionar con sus amigos y su novia.

La terrible agresión se dio a la salida de una discoteca, donde minutos antes se había registrado un altercado. El ataque fue premeditado y no se pudo determinar cuál de los golpes acabó con la vida del estudiante, que tenía tan solo 18 años al momento de su muerte.

Tras las golpizas, dos de los presuntos agresores fueron captados mientras se abrazaban, mientras que otros dos incluso se fueron a comer hamburguesas.

Tanto en Argentina como en Paraguay, se generó una gran indignación por el caso, por lo que la ciudadanía en general, sobre todo los familiares y allegados de Fernando, exigían prisión perpetua para todos los acusados.

Los condenados
El Tribunal halló como principales culpables a Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi, quienes recibieron la pena de prisión perpetua por el delito de homicidio doblemente agravado por su comisión por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas en concurso ideal con lesiones leves.

Mientras tanto, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi recibieron penas de 15 años de cárcel como partícipes secundarios del mismo delito.

Ahora, Juan Pedro Guarino y el llamado “rugbier número 11″, un menor de edad al momento del hecho, tendrán que enfrentar expedientes por falso testimonio, tras el pedido de los fiscales del caso, Juan Manuel D’Avila y Gustavo García.

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