Pako Daniel es uno de los guerreros de cuatro patas con final feliz que logró vencer todos los obstáculos tras ser brutalmente golpeado y abandonado en el año 2015 con un diagnóstico que, en aquel momento, le daban pocas chances de vivir. A dos años de su rescate, es testimonio vivo de la necesidad del amparo constitucional que brinde protección a los animales.
Tras la promulgación de las modificaciones de los artículos 10 y 38 de la Ley 4840/13, de Protección y Bienestar Animal, se ha abierto una pequeña puerta que da pie al aumento de una mayor concienciación por parte de las personas para con las mascotas.
Con gran emoción, la abogada y propietaria del refugio Pako Alaja, Edith Ortiz, recordó la incansable lucha que significó para el heroico cachorro recuperarse de las lesiones ocasionadas por su anterior propietario.
Con tan solo cuatro meses de vida, tenía una fractura en la columna y solo un 30% de probabilidades de volver a caminar.
Pese a que las estadísticas jugaban en contra de Pako, Edith decidió apostar al todo por el todo en la recuperación del pequeño que, tiempo después, le sirvió de inspiración para rescatar otros 500 animales en situación de abandono.
La penalización de dos años de cárcel a las personas que agreden y maltratan a un animal doméstico se encuentra estipulada dentro de las modificaciones aprobadas por el presidente Horacio Cartes. No obstante, para la activista esto sigue siendo inaplicable.
Ortiz considera que para que esta ley pueda ser efectiva debe estar tipificado el delito del maltrato animal, por lo que, primeramente, la legislación paraguaya debe verlo como un ser vivo.
«En el Código Civil paraguayo dice claramente animal doméstico (mascota), es considerado cosa mueble y, por lo tanto, veo confuso que se pueda aplicar ordenamiento del Código Penal para llevar a la práctica el artículo modificado», manifestó.
Luego de tres meses de intensa terapia, Pako logró rehabilitarse por completo y hoy da un claro ejemplo de cuán importante es el afecto y la confianza que los humanos deben tener hacia ellos, además del buen trato.
La ley de Protección y Bienestar Animal debe de articularse cambiando el Código Civil y el Código Penal. «Estoy feliz por la aprobación de la pena carcelaria, simplemente que para mí está mal enfocada la ley y, a mi criterio, así como existe solo en papeles desde el 2013, esto seguirá justamente por el mal enfoque en su elaboración», refirió.
Para Edith, estos animales pueden dar cátedra por su gran capacidad de perdonar a los humanos y por su fidelidad. «Ellos son capaces, literalmente, de dar su vida para proteger a los suyos», concluyó./ÚH