Una tarotista aparece como el cerebro del asalto que derivó en la muerte de Gilda Aguilera de Mora (61), cuyo cuerpo sin vida fue hallado, atado de los pies, dentro de su propia vivienda, ubicada en San Lorenzo, Departamento Central, en la noche del pasado lunes 21 de noviembre.

Se trata de Perla Soraya Pianderi Gaona, de 37 años, quien habría tenido conocimiento sobre algunos bienes de la dueña de casa, quien era su cliente, ya le leía las cartas.

La mujer ya se encuentra detenida, junto con su cuñado, Marco Daniel Cane Alcaraz, de 27 años, y el argentino Carlos Alberto Medina Acevedo, de 35 años, quien sería el autor material del asesinato.

Según los antecedentes, el crimen se registró en la noche del sábado 19 de noviembre.

El móvil del hecho era el robo, ya que doña Gilda, al parecer tenía cierto capital y solía hacer préstamos de dinero a algunos allegados, además de contar con también con algunas joyas, de acuerdo a los datos recabados por agentes que investigaron el caso.

Cuando los familiares de la víctima hallaron el cadáver, notaron que en la casa solo faltaba una camioneta Hyundai Tucson. El vehículo fue abandonado y hallado poco después, frente a la plaza La Amistad, en San Lorenzo.

Tras analizar imágenes de circuito cerrado de la zona, los agentes apresaron el miércoles, en Asunción, a Cane Alcaraz, quien había llevado a Medina, en un automóvil Toyota Vitz, de color negro.

Dijo que le llamaron para hacer el traslado, pero se comprobó que él no es chofer de ninguna plataforma de transporte de pasajeros.

Por su parte, Medina Acevedo se presentó esta mañana en la Fiscalía de San Lorenzo, ya que pesaba sobre él una orden de captura, emitida por el fiscal Christian Roig. Allí, fue detenido y llevado a la sede de la Policía local.

El hombre fue pillado, a través de imágenes de seguridad, a pesar de que cubrió el lunar de su cara con una curita, que detectaron los investigadores.

“No se robó nada, según ellos (familiares); por eso lo que murió la señora, porque no les contaba dónde estaba su plata ni sus joyas. Le apretaron del cuello y había sido que era demasiado fuerte, y se murió la señora”, dijo el comisario Ramón Cañete, jefe del Departamento de Investigaciones del Área Central.

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