El país sudamericano es el segundo con más fallecidos por covid-19 a nivel mundial, con un total de 268.370. De acuerdo a lo informado por el Ministerio de Salud, este martes se reportaron además 70.764 nuevos casos, alcanzando los 11,1 millones.
Brasil batió este martes nuevamente su récord de muertos diarios por coronavirus, con 1.972 decesos en las últimas 24 horas, sin dar señales de que la pandemia remita en un país con el sistema hospitalario desbordado y la vacunación avanzando a pasos lentos.
Desde el inicio de la pandemia hace un año, Brasil totaliza 268.370 fallecidos, un balance superado solo por Estados Unidos.
El Ministerio de Salud dio parte además de 70.764 nuevos casos, con un total de 11,1 millones.
El récord anterior de muertos fue reportado el pasado 3 de marzo, cuando se registraron 1.910.
En los últimos siete días, el promedio es de 1.573 decesos en 24 horas, índice que viene en aumento constante desde hace dos semanas. El número de fallecidos fue de 1.910 el miércoles, 1.699 el jueves, 1.800 el viernes, 1.555 el sábado, 1.086 el domingo, 987 el lunes y 1.972 este martes.
El boletín indica igualmente que la tasa de letalidad por coronavirus en Brasil se mantuvo en el 2,4% de la población, la de mortalidad en 127,7 óbitos por cada 100.000 habitantes y la de incidencia en 5.292,7 contagiados en la misma proporción poblacional.
En tanto, la media de contagios en la última semana es de 67.929 diarios. Ambas cifras constituyen también nuevos récords desde el inicio de la crisis sanitaria.
El país sudamericano, de 212 millones de habitantes, vive una situación dramática. De acuerdo con un boletín de la Fundación Fiocruz -el mayor centro de investigación médica de América Latina y está vinculado al Ministerio de Salud- divulgado este martes, 25 de las 27 capitales de estados brasileños tienen más de 80% de ocupación de sus plazas en las unidades de cuidados intensivos, y 15 de estas grandes ciudades ya tienen una tasa superior al 90 %.
“Frente a la situación extremadamente crítica de las tasas de ocupación de camas de cuidados intensivos (…), los investigadores refuerzan la necesidad de ampliar y fortalecer medidas de distanciamiento físico, uso de máscaras y lavado de manos”, apuntó Fiocruz.
Unos consejos difíciles de generalizar en un país donde el propio presidente, Jair Bolsonaro, no promueve el uso de máscaras y se opone a las medidas de aislamiento social que algunos estados tratan de aplicar, debido a su impacto económico.
“La lucha contra el covid-19 se perdió en 2020 y no hay la menor chance de revertir ese trágico escenario en el primer semestre de 2021”, afirmó a la agencia AFP Jesem Orellana, epidemiólogo de Fiocruz/Amazonia.
“Lo máximo que podemos hacer es esperar el milagro de la vacunación de masa o un cambio radical en la gestión de la pandemia. Hoy Brasil es una amenaza para la humanidad y un laboratorio a cielo abierto, donde la impunidad en la gestión parece ser la regla”, agregó.
La semana pasada, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, urgió al país a adoptar medidas “agresivas” contra la pandemia. “Si Brasil no se lo toma en serio, afectará a todos los vecinos y más allá, así que esto no solo trata de Brasil, creo que atañe a toda América Latina”, señaló.
La vacunación, por su lado, avanza lentamente. Brasil aplicó la primera dosis a 8,6 millones de personas (4,1% de la población), en tanto que 2,9 millones recibieron la segunda.
Las vacunas usadas son la CoronaVac del laboratorio chino Sinovac y la sueco-británica de Astrazeneca/Oxford.
Gracias a un acuerdo de transferencia de tecnología, la Fundación Fiocruz tiene los derechos para fabricar y distribuir en Brasil la vacuna contra la covid desarrollada conjuntamente por la farmacéutica anglo-sueca AstraZeneca y la Universidad de Oxford.
Según los representantes de la Fiocruz, la institución le entregará al Ministerio de Salud 3,8 millones de dosis de la vacuna tan sólo en marzo, pero ese número saltará de forma exponencial a partir de abril.
La vacuna de Sinovac también será producida localmente en Brasil gracias a un acuerdo de transferencia de tecnología con el Instituto Butantan, vinculado a la gobernación del estado de Sao Paulo.
El gobierno, por su parte, afirma estar en negociaciones con otros laboratorios.
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