El papa emérito Benedicto XVI ha asegurado durante su fiesta de cumpleaños que ha pasado “pruebas y tiempos difíciles”, pero ha agradecido a Dios haberle permitido alcanzar los noventa años de edad, informó la Santa Sede.
“Mi corazón está lleno de gratitud por los noventa años que el buen Dios me ha donado. Ha habido pruebas y tiempos difíciles, pero siempre me ha guiado y me ha impulsado para que pudiera continuar mi camino”, dijo Ratzinger ayer durante su fiesta de cumpleaños.
El pontífice alemán agradeció a Dios “sobre todo” por el hecho de haber nacido en la “bella patria” de Alemania, especialmente en Baviera, “bonita desde su creación”.
“El país es bello por sus campanarios, las casas con sus balcones llenos de flores, las personas, que son buenas. Es bello, en Baviera, porque se conoce a Dios y se sabe que es él quien ha creado el mundo y que está bien cuando lo construimos junto a él”, afirmó.
Benedicto XVI cumplió los años el pasado domingo pero lo celebró el lunes para no coincidir con los ritos del Domingo de Resurrección, y en la fiesta no faltaron productos típicos alemanes, incluso la cerveza, que él mismo degustó, o los trajes tradicionales bávaros.
“Les agradezco mucho por haber traído Baviera aquí, esa Baviera abierta al mundo, vivaz, feliz, que puede ser así porque sus raíces se adentran en la fe”, dijo el papa a los asistentes, según la traducción difundida este martes por Radio Vaticano.
Y continuó: “Estoy contento porque hemos podido reunirnos bajo este bello cielo azul romano, que con sus nubes blancas recuerda a la bandera blanco-azul de Baviera, es siempre el mismo cielo. Os deseo la bendición de Dios, lleven mis saludos a casa”.
Benedicto XVI aseguró además que en su corazón continúa “paseando y viviendo” en dichos paisajes. La celebración tuvo lugar a las puertas del monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, donde reside desde que renunciara al papado, hace cuatro años, y en ella participaron algunos de sus más cercanos amigos y colaboradores, además de autoridades bávaras.
Asistieron su hermano, Georg Ratzinger, de 93 años, así como el secretario personal del pontífice alemán y prefecto de la Casa Pontificia, Georg Gänswein, entre otros.
Benedicto XVI anunció su histórica renuncia el 11 de febrero de 2013 y se hizo efectiva el día 28 del mismo mes, lo que dio paso al cónclave que derivó el 13 de marzo sucesivo en la elección de un nuevo papa, el argentino Francisco, el primero latinoamericano de la historia.
Desde entonces, Ratzinger, que recibió el título de papa emérito y sigue vistiendo de blanco, continúa guardando silencio y “oculto al mundo”, tal y como prometió cuando anunció su renuncia al ministerio petrino para no interferir en el gobierno de la Iglesia.
De cara a la llegada de su cumpleaños, uno de los primeros en felicitarle fue el propio papa Francisco, el pasado miércoles, que acudió al monasterio Mater Ecclesiae también para el tradicional augurio de Buena Pascua./Abc.