Es un tratamiento oral con antivirales que previenen el desarrollo de síntomas y la enfermedad grave tras contraer la infección. “No sustituyen a la vacunación″, advierten los expertos.
Tratar el COVID-19 con una pastilla pudiera ser un método más cercano de lo que creemos. Similar a lo que ocurre con cualquier tratamiento de antibióticos, se indicaría como una píldora diaria durante un periodo corto de tiempo (entre cinco y diez días) apenas se hace un diagnóstico de COVID-19.
Según los investigadores, si estas píldoras se administran apenas la persona contrae el virus, se puede evitar un caso grave y hasta la propagación del virus.
Quienes están desarrollando este tratamiento son los laboratorios Merck & Co. junto con Ridgeback Biotherapeutics. El medicamento ya está en Fase 3 de pruebas y se espera que en las próximas semanas sea presentado ante la FDA (Administración Federal de Alimentos y Medicinas, por sus siglas en inglés) para una aprobación de emergencia. El nombre comercial, aunque tentativo por el momento, sería molnupiravir.
“Los antivirales orales no solo tienen el potencial de reducir la duración de síntomas ante un caso de COVID-19, sino que también limitan la transmisión del virus a otras personas en el hogar”, afirmaba Timothy Sheahan, uno de los investigadores del proyecto.
El medicamente podría compararse con el mundialmente conocido Tamiflu, que se utiliza para casos de gripe, o con los tratamientos que con éxito se utilizan en casos de VIH y Hepatitis C. Hasta el momento, la FDA aprobó un solo tratamiento antiviral para el COVID 19, el remdesivir, pero este se administra de forma intravenosa, en hospitales, en casos que ya son graves. La píldora sería algo mucho más sencillo, disponible para todo tipo de pacientes.
El laboratorio confirmó que tienen en marcha la producción masiva del medicamento. Una vez que reciba la aprobación de emergencia por parte de las autoridades sanitarias federales, la distribución en las farmacias de todo el país pudiera ser inmediata. Los ejecutivos de Merck confirmaron que la compañía tiene la habilidad de producir hasta 10 millones de tratamientos en lo que queda de 2021.
Por su parte, la farmacéutica estadounidense Pfizer dijo el lunes que empezó ensayos clínicos en etapa intermedia y tardía de una píldora para prevenir el COVID-19 en personas expuestas al virus.
“Creemos que el combate al virus requerirá tratamientos efectivos para personas que contraen el virus o han estado expuestos a él, complementando el impacto que han tenido las vacunas”, dijo Mikael Dolsten, jefe de investigaciones científicas de la compañía.
Pfizer empezó a desarrollar este medicamento, bautizado PF–07321332, en marzo de 2020 y lo está evaluando en combinación con ritonavir, que ya se usa contra el virus del sida.
El ensayo clínico involucrará a 2.600 adultos que tomarán parte de la prueba apenas tengan señales de infección de covid o apenas sepan que estuvieron expuestos al virus.
De manera aleatoria recibirán una combinación de PF-07321332 y ritonavir, o un placebo, dos veces al día durante cinco o diez días.
El objeto de la prueba es determinar la seguridad y eficacia de los medicamentos en prevenir una infección de SARS-CoV-2 -el virus que provoca el covid- y el desarrollo de síntomas hacia el día 14.
Los expertos indican que si bien es una buena noticia que Estados Unidos esté tan pronto a tener un tratamiento como este disponible, nada debería opacar los esfuerzos por lograr una vacunación masiva en el país.
“Las píldoras antivirales no sustituyen a la vacunación. Sólo serían otra herramienta para luchar contra el COVID 19″, explicaba el doctor Daniel Griffin, experto en inmunología y enfermedades infecciosas de la Universidad de Columbia, en Nueva York.
Estados Unidos está en una especie de meseta en su campaña de vacunación. Hasta el momento, en el país se administraron más de 390 millones de dosis de la vacuna contra el COVID-19 (las aprobadas por las autoridades nacionales son las de dos dosis desarrolladas por Pfizer y Moderna, y la mono dosis Johnson & Johnson). El 56% de la población total está completamente inmunizada. Pero las cifras no son uniformes en todo el país. Hay estados que han logrado vacunar a más del 60% de su población, mientras que en otros estados la cifra apenas supera al 30 por ciento.
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