La obesidad, tabaquismo, hipertensión, diabetes y sedentarismo son factores de riesgo que además de complicar un cuadro de coronavirus, pueden generar otros padecimientos

Los efectos más difundidos que tiene la COVID-19 sobre el cuerpo humano están relacionados con los pulmones; sin embargo, no son los únicos órganos del cuerpo humano que padecen de las consecuencias del nuevo coronavirus, ya que éste puede tener consecuencias incluso en el cerebro.

El doctor Hugo Escobar, especialista en neurocirugía del Hospital Juárez de México, explicó que una de las enfermedades asociadas que se han observado en algunos pacientes con COVID-19 es la presencia de ataques cerebrales, los cuales se dan debido a la incapacidad del cerebro para conseguir oxígeno y sangre a causa de la obstrucción de una arteria.

Estos ataques, detalló, no son las únicas consecuencias que puede originar este virus, pues cabe la posibilidad de que también existan casos de hemorragias cerebrales, que es la ruptura de un vaso sanguíneo, normalmente en una arteria, el cual provoca sangrado tanto en el encéfalo, como a su alrededor.

Algunos de los indicios más relevantes de un daño neurológico, que provocaría uno de los episodios referidos, son la caída de la cara, la debilidad de un brazo o una pierna, así como la incapacidad de hablar. Tanto en el caso de un ataque cerebral, como en el de una hemorragia, la consecuencia más grave es el fallecimiento del paciente.

Hasta el momento, los expertos no han hallado una explicación del porqué el nuevo coronavirus podría provocar estas enfermedades; no obstante, refirió el también miembro de la Sociedad Mexicana de Cirugía Neurológica, una hipótesis en torno al tema tiene relación con que el virus podría causar una inflamación en los vasos sanguíneos cerebrales.

Además, esta “cascada de factores inflamatorios”, como los definió en una entrevista telefónica, deterioran a las células nerviosas y vasos sanguíneos, generando “dolores muy intensos de cabeza e incluso anormalidades en el nervio craneal olfatorio, lo cual se conoce como anosmia, es decir, la incapacidad para percibir olores”.

Otro de los síntomas relacionados con el cerebro en los pacientes de coronavirus que han detectado los especialistas es algo llamado como “niebla cerebral”, la cual consiste en una profunda somnolencia e incapacidad para mantenerse despierto. En estos lapsos, explicó Escobar de la Garma, “puede haber dolor de cabeza e incluso crisis convulsivas”.

Es importante resaltar que la posibilidad de presentar uno de estos padecimientos no dependen de la severidad del cuadro de COVID-19, pues incluso una persona asintomática puede generar las condiciones para tener un ataque o hemorragia cerebral.

Aunque hasta el momento no se tienen estadísticas de cuántas personas con COVID-19 han presentado uno de estos padecimientos, el especialista comentó que con base en la experiencia clínica que ha llevado a cabo durante la emergencia sanitaria, podría referirse que suceden en un porcentaje bajo.

Sin embargo, destacó que los factores de riesgo para que un paciente presente un ataque cerebral son los mismos que las comorbilidades que complican la atención del nuevo coronavirus, como la obesidad, el tabaquismo, la hipertensión arterial sistémica, la diabetes mellitus y el sedentarismo.

Cuando se detectaron los primeros casos del nuevo coronavirus en Wuhan, China, explicó Escobar, desde el campo de la neurocirugía no se imaginaban que tendría tantas implicaciones en otros órganos y menos en el cerebro: “Existen otros tipos de coronavirus que causan resfriado común, pero esto era algo que el gremio médico no esperaba a nivel mundial”.

De acuerdo con cifras proporcionadas por el especialista, una de cada cuatro personas puede tener un ataque cerebral en algún momento de su vida, y si bien son la segunda causa de muerte en el mundo, aclaró que son mortales sólo si no se tratan a tiempo, pues es un episodio prevenible y tratable.

Para prevenir un ataque cerebral es fundamental llevar un correcto control de la presión arterial, además de tener sesiones de ejercicio constantes y una buena alimentación, lo cual implica no consumir azúcares en exceso y evitar los refrescos a como dé lugar.

Respecto al tratamiento, destacó que este debe ser inmediato, pues de no ser así, el paciente puede quedar discapacitado para hacer su vida de manera normal. Además, los procesos para atender a quienes padecen de estos eventos pueden ser a partir de un medicamento intravenoso o una cirugía endovascular de bajo riesgo a través de la ingle.

A pesar de la pandemia de COVID-19 y las recomendaciones de las autoridades sanitarias de mantenerse en casa para mitigar los contagios de la enfermedad, en caso de que alguna persona presente un ataque cerebral, debe acudir de inmediato a un hospital, pues 2,000,000 de neuronas mueren al minuto por uno de estos episodios.

La principal recomendación en uno de estos casos, concluyó el doctor Hugo Escobar, es “no quedarse en casa a pesar de la cuarentena. El paciente no debe tener miedo, porque nosotros vamos a estar en los hospitales para poderlos ayudar sean positivos a coronavirus o no”.

// infobae