El fiscal Itálico Rienzi imputó a Pablo Daniel Corvalán, de 21 años, por robo; y a un chofer de ómnibus, Édgar Alfonzo Rotela, de 48 años, por omisión de auxilio en el caso de la mujer que sufrió múltiples lesiones en la cabeza tras la caída de un colectivo al intentar recuperar su teléfono robado.
Se trata de la joven Liz Vera, quien se encuentra en cirugía en el Hospital de Trauma con protocolo de muerte cerebral por el grave traumatismo de cráneo que padeció, de acuerdo a los médicos que la atienden. La joven está con pronóstico reservado siendo intervenida quirúrgicamente desde esta mañana.
“Tristemente la víctima está pasando por esta situación. El Ministerio Público ya tomó la declaración indagatoria de Pablo Corvalán porque le robó sus pertenencias en el colectivo. Ya tiene antecedentes. El chofer también fue imputado por omisión de auxilio y omisión de aviso de un hecho punible. En el circuito cerrado se ve cómo empieza a acelerar luego de estar parado”, afirmó el fiscal.
La Fiscalía deberá determinar el grado de participación del chofer de la unidad de transporte público. El asaltante quedó detenido, mientras que el conductor del bus cuenta con arresto domiciliario. El fiscal declaró que el chofer además es investigado por omisión de aviso de un hecho punible.
“Chofer fue avisado por un pasajero que iba atrás”
“Hemos sacado imágenes del colectivo, vimos en circuito cerrado que aparentemente fue avisado por un pasajero que iba atrás. También el chofer tiene todos los espejos externos e internos para ver lo que pasa dentro y fuera de su colectivo. Tampoco creo que ningún pasajero no le haya avisado. Corvalán es procesado por robo”, afirmó el fiscal Rienzi en contacto con C9N.
El fiscal manifestó que la lesión grave ya no sería autoría del ladrón. En ese sentido, presume que la mujer quiso bajar a pedir auxilio o intentar recuperar el teléfono celular que le arrebató Corvalán dentro del colectivo de la empresa de transporte Paraguarí SRL.
“La lesión grave ya no es autoría del presunto ladrón. Se presume que por motu proprio (la víctima) quiere comenzar la propia persecución o para pedir auxilio para recuperar el objeto. Fue la decisión de la víctima, pero hay que mirar bien el circuito cerrado. No tenía un arma, simuló ser un vendedor de caramelos y le saca el teléfono de las manos. Hay que ver qué dicen los testigos”, manifestó el fiscal.
El lamentable hecho ocurrió sobre Mariscal Estigarribia y Corrales en Fernando de la Mora, ayer domingo, cuando Corvalán simuló ser un vendedor de caramelos, forcejeó y le arrebató el aparato celular que luego fue recuperado. Este descendió del bus en una esquina y huyó corriendo tras el robo.
// La Nación