Mientras supervisaba la obra tomaba tranquillo una cervecita. No quiere que los trámites y los gastos sean una carga para sus hijos.
Don Francisco Silva (66), un aregüeño que vive en Capiatá, tomó la decisión de dejar todo preparado para la hora de su muerte.
“No es una cosa tan fácil esto, por el camino uno piensa, se cuestiona también, pero es necesario”, indicó el señor.
Hace 6 años falleció su señora y la familia pasó por momentos muy difíciles para hacer cumplir su voluntad, que era estar junto a su mamá, en San José de los Arroyos. Los gastos fueron muy altos y los trámites burocráticos muy tediosos. Por esa razón, don Francisco decidió ahorrarle ese trabajo a sus dos hijos.
Algo más hizo que Silva ponga manos a la obra: una silenciosa enfermedad.
El año pasado tuvo Covid-19, que superó sin muchos problemas, pero dejó fuertes secuelas. Debilitó su corazón y su pulmón, además aceleró la diabetes.
“Me salvé, pero estuve mal. Ahora ya estoy mejor, pero me siento debilitado, cansado”, apuntó.
En el 2021 también se jubiló. Tras una vida de trabajo en el Hospital Nacional de Itauguá, se quedó en la casa. Le tocó ver partir a varios de sus amigos. Todo eso le dejó triste, pero también pensativo.
Cuando su hijo mayor se enteró de que lo que don Francisco planeaba, se enojó. “No hagas eso, es yeta. Es de pájaro de mal agüero adelantarse con esas cosas, papá”, le dijo.
Aún así el señor fue a Areguá, pagó por el terreno donde está enterrada su abuela y ahí mandó hacer su panteón.
El trabajo lo hace su sobrino porque don Francisco quiere que todo quede perfecto. En las redes sociales se hizo viral un video donde comparte una cervecita con los obreros, mientras supervisa lo que será su “casa eterna”.
Todo chuchi
La base es de hormigón y está reforzada con varillas de hierro, eso permitirá soportar el peso de su cajón y hasta tres más encima.
El señor también está pagando G. 76.000 mensual por un seguro de sepelio. Hasta ahora, solo en el cementerio, ya gastó poco más de G. 3 millones y aún faltan los detalles.
El interior estará revestido con azulejos blancos de mármol, al frente habrá un nicho con puertita de blíndex donde podrán ir su foto, la cruz, las flores y otros detallitos.
“No quiero que la gente tome a mal, yo no me quiero morir, yo quiero estar mucho tiempo más con mis hijos y nietos. Tampoco deseo la muerte a nadie pero hay que tener conciencia y ser maduros: es algo que va a pasar, hay que estar preparados”, expresó.
Gastos
Don Francisco ya gastó un poco más de G. 3.000.000 en el cementerio. Todavía faltan los detalles y algunos trámites. Su seguro de sepelio es de G. 76.000 mensual.
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