La cifra representa un cuarto de la plantilla total de la planta porcina de JBS SA en el estado de Mato Grosso do Sul. En la misma localidad, hay otro foco en una granja avícola.
Más de 1.000 trabajadores en una planta porcina de JBS SA en Brasil, o una cuarta parte de los examinados, están infectados con covid-19, según cifras de la Oficina del Fiscal del Trabajo. La alta tasa de infección revela los desafíos que enfrentan las compañías cárnicas brasileñas para mantener las plantas en funcionamiento a medida que el virus se propaga en la nación.
Las pruebas masivas en la planta Dourados de JBS en el estado de Mato Grosso do Sul comenzaron el 25 de mayo, según documentos compartidos por los fiscales. De 4.134 empleados analizados, 1.075 dieron positivos hasta el 1 de julio. La compañía dijo en un comunicado que implementó su plan de contingencia justo después de confirmar el primer caso en la planta, ayudando a evitar una mayor contaminación entre los trabajadores.
En el mismo municipio, una planta avícola propiedad de BRF SA también informó un brote de coronavirus. La unidad tenía 85 casos confirmados de covid-19, de los cuales 72 se recuperaron y volvieron al trabajo, según cifras del 3 de julio compartidas por la Fiscalía. La planta emplea a 1.500 trabajadores.
BRF dijo que adopta voluntariamente un protocolo para la prueba de covid-19 en todas sus unidades, incluso en Dourados, que tiene como objetivo proteger a los trabajadores y las operaciones. La compañía dijo que solo divulga la cantidad de casos positivos a las autoridades competentes para respetar la privacidad de los empleados.
Ambas compañías dijeron que están contratando para reemplazar a los trabajadores que no están debido a infecciones de covid-19.
Desde la semana pasada, China suspendió las importaciones de carne de más de 20 plantas en diferentes países que informaron brotes de covid-19, incluidas cuatro instalaciones brasileñas, una propiedad de JBS. La medida plantea preocupaciones sobre más suspensiones y se espera que reduzca el crecimiento de las importaciones de carne por parte del gigante asiático, según Rabobank.
Brasil se ha convertido en un nuevo epicentro del coronavirus con una cantidad de infecciones que apenas es superada por EE.UU. Después de llegar a las ciudades más grandes, el virus ahora se está extendiendo por las áreas rurales. Mato Grosso do Sul se encuentra en el corazón de la agricultura de Brasil.
El gigante sudamericano ya acumula 63.254 muertes por el coronavirus. Llegó a esa cifra tras registrar 1.264 víctimas en las últimas 24 horas. El saldo de infectados, en tanto, llegó a los 1.543.341, luego de que se reportaran 41.988 nuevos casos, informó el consorcio de medios de prensa brasileños, que recolecta estadísticas de los ministerios de salud en los 26 estados del país. De ese total de casos, el ministerio de Salud señaló que 607.535 pacientes están bajo seguimiento, mientras que otros 868.372 ya se recuperaron.
Brasil, que todavía no alcanza el pico de la pandemia, continúa posicionándose como uno de los focos globales de la enfermedad y el principal epicentro del COVID-19 en Latinoamérica.
Sao Paulo, la región más industrializada y poblada de Brasil, con unos 46 millones de habitantes, continúa como el epicentro de la pandemia con más de 15.000 muertes y 300.000 infectados.
Le siguen Río de Janeiro, con 10.500 víctimas y más de 110.000 casos confirmados, y Ceará, que con más de 6.300 muertos y 118.000 personas contagiadas, es el estado más afectado del nordeste de Brasil, una de las regiones más empobrecidas del país y también una de las más apaleadas por la pandemia.
unque en Brasil el número de contagios supera los 1,5 millones de personas, diversos expertos señalan que las cifras pueden ser mucho mayores por la subnotificación de casos.
Así lo indicó un estudio de la Universidad Federal de Pelotas, divulgado el jueves por la cartera de Salud, que reveló que el 3,8 % de los brasileños habría contraído la enfermedad, lo que elevaría el total de contagiados a 8 millones.
BOLSONARO VETA TAPABOCAS
Mientras varias regiones del país buscan reactivar sus actividades con las debidas precauciones para evitar la propagación del virus y una posible nueva ola de la enfermedad, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, vetó la obligatoriedad de los tapabocas al interior de comercios, templos religiosos y escuelas, entre otros.
El mandatario sancionó este viernes un proyecto de ley sobre el uso obligatorio de mascarillas contra la COVID-19, pero vetó algunos trechos en los que se exigía llevarlas en ese tipo de lugares argumentando que en esos casos la medida «incurre en una posible violación de domicilio» contraria a la Constitución.
En su decisión, el presidente también vetó otras cláusulas que obligaban a los poderes públicos a distribuir máscaras a la población económicamente más vulnerable y a las empresas a suministrar dicho material a sus trabajadores de forma gratuita.
Los vetos de Bolsonaro, que aún tendrán que ser analizados por el Congreso, no anulan, sin embargo, las legislaciones aprobadas en algunos estados y municipios en los que ya es obligatorio el uso de mascarillas en espacios públicos, bajo pena de multa en algunos casos, como Brasilia y Sao Paulo.
No obstante, la decisión del mandatario causa confusión entre la población y más en momentos en que algunas ciudades y municipios del país comenzaron a abrir las puertas de sus comercios para reactivar la economía.
Tal es el caso de Río de Janeiro que el jueves permitió la reapertura de bares y restaurantes en toda la ciudad, una decisión que fue tomada de manera folclórica por buena parte de los cariocas.
La zona sur de la ciudad fue una de las áreas de la ciudad que mayor movimiento registró en la noche del jueves donde se vio multitud de personas aglomerada en las calles alrededor de bares, tomando cerveza y sin ningún tipo de máscara o protección contra el nuevo coronavirus.
En el estado de Sao Paulo, que hace unas semanas comenzó la desescalada en algunos de sus municipios, la región de Campinas, a unos 100 kilómetros de la capital paulista y que supera el millón de habitantes, tuvo que dar marcha atrás en su plan y volver a la fase de máxima alerta a partir del lunes tras registrar un crecimiento en el número de hospitalizaciones.
// Fuente – Infobae